David Cameron fija posición por la unidad de España

m. l. redacción / la voz

ESPAÑA

11 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La diplomacia habitual para referirse a asuntos internos de otros países funcionó ayer como manual de relaciones internacionales en Bruselas. Al ser preguntado por la consulta popular realizada el domingo en Cataluña, el portavoz del presidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, se limitó a decir que es un asunto interno de un Estado miembro. Y a cada intento de los periodistas presentes en la rueda de prensa, insistió sin salirse del guion que «no es el papel de la Comisión Europea expresar una opinión sobre cuestiones de organización interna que tienen que ver con el orden constitucional de los Estados miembros». Así, el nuevo Ejecutivo comunitario dirigido por el luxemburgués Jean-Claude Juncker experimenta un ligero cambio respeto a su antecesor en el cargo hasta el pasado 31 de octubre, José Manuel Durão Barroso, quien en varias ocasiones señaló que si una parte de un Estado miembro alcanzase la independencia pasaría a ser un «tercer país» con respecto a la Unión Europea, por lo que para ser miembro debería seguir los trámites habituales y solicitar el ingreso en el bloque. Una información que sonó a advertencia a los ciudadanos de Cataluña.

Las pretensiones catalanas y el «proceso participativo» del pasado domingo también tuvieron ayer sus minutos en boca de David Cameron. El primer ministro británico, quien se maneja como puede entre las aguas escocesas y las del Sena, optó por expresar el «apoyo» a la unidad de España, «un gran amigo y aliado», y no mentar la hipotética salida de la UE como desventaja para un Estado naciente, pues no son pocos los que en sus filas miran con recelo su contribución al entramado comunitario.

Al ser preguntado por qué consejo daría a su homólogo Rajoy, se limitó a insistir en que el Reino Unido quiere que España permanezca «unida» y a defender la importancia de que los plebiscitos sean convocados por la vía legal. Es lo que se aplicó en Escocia, cuya consulta fue pactada en un marco de legalidad. El conservador británico aprovechó para presumir de la decisión de los escoceses de votar a favor de permanecer en el Reino Unido el pasado 18 de septiembre.

Desde Berlín, capital de un Estado que durante años sufrió la división, y cuya mitad rica hizo mucha pedagogía enfocada a la unidad con la mitad empobrecida, un portavoz de la canciller, Steffen Seibert, insistió ayer en que el debate sobre la independencia de Cataluña es un «asunto interno» español, y se remitió a lo dicho por Merkel en Santiago, donde calificó de «lógica» la postura de Rajoy de considerar ilegal la consulta de Mas.