La marcha de Gallardón, en el peor momento posible, con el desafío independentista en marcha

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El anuncio de Rajoy sobre la reforma del aborto precipió la dimisión de Ruiz-Gallardón.
El anuncio de Rajoy sobre la reforma del aborto precipió la dimisión de Ruiz-Gallardón. Chema Moya < / span>Efe< / span>

Mariano Rajoy se ve obligado al cambio en contra de sus intenciones

24 sep 2014 . Actualizado a las 08:45 h.

La dimisión del ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, en plena crisis institucional por el desafío independentista, ha obligado a Mariano Rajoy a hacer un cambio en el Gobierno pese a que había reiterado que su intención era acabar la legislatura con el mismo equipo. El presidente ha dado marcha atrás a una ley ampliamente rechazada por la sociedad, que, según sus cálculos internos, restaría votos al PP de cara al maratón electoral del año que viene, y que creaba divisiones internas en el PP.

¿Por qué ha dimitido Gallardón en este momento?

Su situación era insostenible tras saber que su proyecto estrella, que se comprometió a que estuviera aprobado antes de que acabara el verano, no iba a salir adelante. Una vez que Rajoy lo desautorizó públicamente tenía que irse, pero lo ha hecho en el peor momento posible, en plena crisis institucional, con la consulta independentista a punto de ser convocada por Artur Mas. Podía haber aguantado, pero a costa de quedar en evidencia ante la batería de preguntas e interpelaciones que tenía preparada la oposición en el Congreso, frente a las que estaba desarmado. Ante su irrevocable decisión de dimitir lo antes posible, Rajoy tuvo que precipitar el anuncio de la retirada de la reforma.

¿En qué situación queda ahora Rajoy?

En realidad ha sido Rajoy quien ha forzado la salida de Gallardón y ha optado por sacrificarlo. Pero lo cierto es que le obliga a relevar a uno de sus principales ministros en una situación política muy complicada. El presidente había manifestado en varias ocasiones que su intención era no hacer cambios en el Gobierno, la última vez en la rueda de prensa de fin de curso que dio el 1 de agosto, aunque según el relato que hizo ayer Gallardón, ya entonces tenía prácticamente decidido descartar la reforma. Como hizo cuando sustituyó a Miguel Arias Cañete por Isabel García Tejerina en Agricultura, se ha limitado a reemplazarlo por un técnico, Rafael Catalá, de bajo perfil político, sin aprovechar para hacer una crisis de gobierno más amplia. Además, los «dardos envenenados» que le lanzó Gallardón en la rueda de prensa -aunque revestidos formalmente de agradecimientos-, al señalar que la reforma de la ley fue un encargo directo del presidente y no una iniciativa suya, pretenden dejarle en mal lugar, como máximo responsable del nuevo incumplimiento del programa electoral del PP.

¿Contaba con el respaldo de todo el Gobierno?

El Consejo de Ministros aprobó el anteproyecto de ley en diciembre del 2013. Como dijo ayer con toda la intención Gallardón, fue una decisión colegiada. Pero la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría eran contraria a seguir adelante con la que hubiera sido la ley del aborto más restrictiva de la democracia y se ha empleado a fondo para convencer a Rajoy de retirarla. Solo el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, la defendía sin reservas. El amplio rechazo social, que han mostrado siempre las encuestas, la constatación de que le costaría votos al PP, según los sondeos de Pedro Arriola, y la división que había provocado en el partido acabaron de convencer a Rajoy de la conveniencia de retirar el anteproyecto.

¿La retirada de la ley provocará disensiones en el seno del PP?

Barones de claro perfil centrista como Alberto Núñez Feijoo y José Antonio Monago manifestaron su oposición a la ley. Ahora han salido voces dentro del partido, de momento de segundo nivel, quejándose de la marcha atrás. Los sectores más conservadores están muy descontentos, pero habrá que ver quiénes dan el paso para retratarse criticando abiertamente a Rajoy, a pocos meses de las elecciones que son las que reparten los cargos.

¿Cómo afecta a la crisis institucional por el desafío de Mas?

En principio, no. Justicia ha dejado preparados los recursos de inconstitucionalidad contra la ley de consultas y el decreto de convocatoria de Mas, que deberá ser adaptado según los términos en que lo haga el presidente catalán. Pero el hecho de que el ministro de Justicia sea desautorizado de esta forma por el presidente muestra fisuras en el Gobierno que serán, sin duda, utilizadas por los independentistas.

Se va el ministro más político

Rajoy ha reemplazado al ministro más abiertamente político de su Gobierno, con una larga trayectoria a sus espaldas. Podía haber elegido a Javier Arenas, el eterno candidato a ministro desde que abandonó la política andaluza, pero ha preferido a un hombre de perfil técnico como Rafael Catalá, que se limitará a gestionar el ministerio durante el año y medio que queda para las elecciones generales. Trabajo tendrá, porque su antecesor deja muchas iniciativas inacabadas y un ministerio enfrentado con todos los estamentos judiciales. Lo que muestra este cambio es que Rajoy está convencido de que no necesita reforzar el sesgo político de su gabinete para afrontar los retos electorales.