Los soberanistas renuncian a la desobediencia civil

Ramón Gorriarán MADRID / COLPISA

ESPAÑA

CiU aplaude la marcha atrás de ERC en sus llamadas a desoír al Constitucional

21 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras Artur Mas se decide a firmar la convocatoria de la consulta del 9 de noviembre y Mariano Rajoy reúne al Consejo de Ministros para aprobar que se impugne, la situación en Cataluña ha entrado en un compás de espera. En mitad del paréntesis, Esquerra Republicana, promotora de la desobediencia civil si se impide el referendo de independencia, dio un paso atrás. Los republicanos consideran ahora que es contraproducente esgrimir esa amenaza pues no conduce a nada porque el Gobierno de Rajoy no se va a echar atrás y, en cambio, solo mina la unidad de las fuerzas soberanistas.

La secretaria general de Esquerra, Marta Rovira, fue la encargada de corregir al líder del partido, Oriol Junqueras, autor del aviso hace una semana. La número dos del partido argumentó que apelar a la insumisión como respuesta a la prohibición «puede ser impactante para algunas personas». Rovira reclamó a los suyos que no anden «predicando la desobediencia civil». Impactante lo fue para Artur Mas y la mayoría de los dirigentes de CiU que se revolvieron de inmediato contra ese paso cualitativo en la escalada de confrontación.

La formación republicana ya había dado algunas pistas de que no estaba muy de acuerdo con el planteamiento de Junqueras cuando el pasado jueves se negó a respaldar una resolución de la CUP en el debate de política general en el Parlamento de Cataluña que propugnaba que la Cámara catalana respaldase esa estrategia. «No es necesario», dijo Rovira en Catalunya Radio, que se abra ese debate porque las movilizaciones en la calle, como las de la Diada, son el mejor exponente de lo que piensa la sociedad.

El diputado de la CUP David Fernández, sin embargo, insistió ayer en que «no hay más camino» que el de la insumisión cuando el Constitucional impugne la ley de consultas de Cataluña y la convocatoria de la consulta. Entre «obedecer al 80 % de la sociedad catalana» -el 78 % de los diputados del Parlamento catalán apoyaron la ley de consultas- o acatar la decisión de «doce jueces de un tribunal politizado», en alusión al Constitucional, la opción es clara, «escogeremos a nuestro pueblo», dijo.

Sentido común

El paso atrás de Esquerra fue aplaudido por CiU y la vicepresidente del Ejecutivo autonómico, Joana Ortega, quien señaló que las palabras de Rovira están «llenas de sentido común». La portavoz de Convergència, Mercè Conesa, también descartó que la postura del Gobierno de Mas vaya a ser ignorar la resolución que adopte el Constitucional. «La comunidad internacional nos observa», y no parece la mejor tarjeta de visita presentarse al margen de la legalidad.

Conesa dejó claro que si la votación no se puede celebrar con normalidad, no se hará, y CiU, Esquerra, Iniciativa y la CUP, los partidos que impulsan el referendo, actuarán «a la altura del momento histórico». La portavoz no aclaró qué entiende por estar a la altura porque si bien CiU e Iniciativa han dado muestras de que acatarán la prohibición, no así Esquerra y la CUP, que defienden que la votación se celebre pese al Constitucional.