La batalla que Rajoy debe ganar en Madrid

Enrique Clemente Navarro
enrique clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

La renuncia de Botella a ser candidata a la alcaldía de Madrid abre la lucha interna en el PP, pero el presidente decidirá según lo que digan las encuestas

15 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La renuncia de Ana Botella a ser candidata a la alcaldía de Madrid abre un largo período de tensión interna en el PP a más de ocho meses de las elecciones. Por primer vez en mucho tiempo los populares corren el riesgo de perder la capital que gobiernan desde hace 23 años. Lejos quedan, según las encuestas, las mayorías absolutas que lograron Álvarez del Manzano y Gallardón. En las pasadas elecciones europeas el PP ganó en la capital con el 32,4 %, seis puntos menos que la suma del PSOE, IU y Podemos.

Mariano Rajoy es consciente de que se juega mucho en la batalla de Madrid, que necesita ganar a toda costa. Perderla supondría un desastre y un aviso muy serio de cara a las generales. Por eso ha dejado caer a Botella, que habría sido una cabeza de cartel muy endeble, y busca un candidato que pueda garantizarle mantener la capital. La decisión la tomará según los datos que arrojen las encuestas encargadas por Pedro Arriola.

Hasta ahora los sondeos señalan que Esperanza Aguirre es la candidata que tendría más respaldo electoral, pero tampoco asegura la mayoría absoluta. Además, la causa judicial que tiene pendiente por un delito de desobediencia tras su «fuga» automovilística lastra sus posibilidades. La expresidenta de Madrid, que hace dos años dijo solemnemente que se retiraba de la primera línea política, sigue al frente del PP regional y ha dicho a sus próximos que quiere ser alcaldesa para culminar su larga trayectoria. Rajoy solo designaría a la que ha sido su mayor opositora interna si sus expectativas de votos estuvieran muy por encima de los demás aspirantes. Aguirre podría mitigar el voto de castigo al Gobierno, ya que cuenta con la simpatía de muchos de los descontentos con las políticas de Rajoy, que ella misma ha criticado.

Otra que se mantiene a la expectativa es la delegada del Gobierno en Madrid, la mediática Cristina Cifuentes, pero hay dudas sobre su tirón electoral, aunque su perfil liberal en algunas cuestiones podría atraer votos de centro sin retraer a los votantes más conservadores, que aplauden las contundentes actuaciones policiales en las manifestaciones bajo sus órdenes.

El tercer nombre que ha sonado es el de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, pero con el paso de los días esta opción se va diluyendo. Sería un paso atrás en su carrera, que además conllevaría el riesgo de perder las elecciones. Rajoy no quiere desprenderse de su leal y eficaz número dos en el Ejecutivo y solo se lo plantearía si fuera el último recurso para salvar Madrid.

Pero las quinielas no se reducen a estas tres políticas. El presidente podría recurrir a un peso pesado, como hizo en las europeas con Miguel Arias Cañete, aunque bien es cierto que con escasos resultados. Estos días han sonado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, el presidente del Senado, Pío García Escudero, y hasta el mismo Gallardón, descolocado tras la más que probable renuncia del Gobierno a la ley del aborto. Son solo rumores sin mucha consistencia, pero que muestran que la lucha está abierta.

Una de las claves es si el Gobierno aprobará finalmente la reforma electoral para primar a la lista más votada. Si es así, el PP podría superar la esperada barrera del 40 % y sacar cinco puntos al segundo, como se baraja en la propuesta del Gobierno, y retener la alcaldía. Si las cosas siguen igual y no llega a la mayoría absoluta se vería obligado a pactar con UPyD, como señalaba una encuesta publicada ayer.

El colofón a su carrera. Culminaría su larga carrera política con la alcaldía de la capital.