40 años de Pasok: el auge y el declive de los socialistas griegos

Yannis Chryssoverghis EFE

ESPAÑA

El partido sufre la peor crisis de popularidad, identidad y liderazgo de su historia, que podría incluso conducir a su implosión

04 sep 2014 . Actualizado a las 02:48 h.

El partido socialista griego Pasok celebró hoy su 40 aniversario azotado por la peor crisis de popularidad, identidad y liderazgo de su historia, que podría incluso conducir a su implosión.

La formación que durante 35 años dominó la vida política griega se ha convertido en tan solo cuatro años -los del programa de reformas económicas- en un partido minoritario.

El declive de Pasok se debe en gran parte a la ira que siente la sociedad por la diferencia entre lo que prometió el partido en la campaña electoral de 2009 y lo que luego hizo -es decir la aplicación de un drástico programa de ajuste-, dijo el líder del partido y viceprimer ministro, Evángelos Venizelos, en un acto de conmemoración celebrado hoy en Atenas.

Según Venizelos, una de las causas de la caída de popularidad de la formación obedece al hecho de que los que más han sido golpeados por la crisis son los grupos sociales que tradicionalmente representaba el Pasok.

El programa de austeridad sin precedentes aplicado por el Gobierno de Pasok en 2010 dio un giro radical a la política de un partido que había nacido como el principal valedor de la clase trabajadora, y provocó la caída en picado de su popularidad.

Desde su fundación el 3 de septiembre de 1974, un mes y medio después de la caída de la denominada «Dictadura de los Coroneles», Pasok y su líder carismático Andreas Papandreu consiguieron construir una amplia alianza social, entre la clase media ascendente de los años setenta, los agricultores de ingresos medios y bajos y los pobres de las ciudades.

Durante su primer periodo en el Gobierno (1981-1989), Pasok creó un sistema nacional de sanidad pública, aumentó los salarios y las pensiones, cambió a favor de los trabajadores la legislación laboral e introdujo el matrimonio civil.

Pero todo esto ocurrió a coste del incremento de la deuda soberana del país.

Durante su segundo Gobierno (1993-2004), encabezado desde 1996 por el tecnócrata Kostas Simitis, Pasok llevó a Grecia a la eurozona.

Para sus seguidores Pasok fue siempre el partido del progreso social; para sus adversarios, el del clientelismo político, del endeudamiento y de la corrupción.

Ambos periodos gubernamentales de Pasok acabaron con escándalos de corrupción en los que estaban implicados altos cargos del Gobierno.

A los pocos meses de comenzar su tercer Ejecutivo -tras una victoria aplastante en las elecciones de 2009 (44 %)-, el primer ministro, Yorgos Papandreu (hijo del fundador Andreas), se vio enfrentado a una crisis de deuda sin precedentes que en mayo de 2010 obligó a Grecia a acogerse a un rescate.

El contraste entre las promesas electorales para una redistribución de ingresos y la política aplicada acabó de facto con la legitimidad política de Pasok y de Papandreu, quién, tras dos años en el poder, tuvo que dimitir a finales de 2011 de su cargo y en la primavera de 2012 de la presidencia de Pasok.

El fracaso electoral en las elecciones generales de junio de 2012, cuando el partido obtuvo menos de 13 %, su peor resultado desde la fundación, y el aún más dramático 8,6 % conseguido en las elecciones europeas de junio pasado alimentaron otra vez el antagonismo entre el líder actual, Venizelos, y Papandreu.

Tal es la animadversión que sienten el uno por el otro que Papandreu ha optado por no estar presente durante el acto de conmemoración de hoy.

Si bien hay seguidores de Venizelos que incluso han llegado a exigir la exclusión de Papandreu del partido, su influencia en el grupo parlamentario sigue siendo notable y ante la férrea defensa del programa de reformas económicas seguida por el actual líder, se ha convertido en la voz de los que claman por una socialdemocracia de corte tradicional.

En su discurso, Venizelos evitó mencionar explícitamente a su rival, pero le acusó indirectamente de no haber preparado al partido para hacer frente a la crisis y de haber hecho una campaña electoral populista en 2009.