Hombre de confianza de Aznar y antiguo amigo de Rajoy

G. B. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

12 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Jaume Matas i Palou (Palma de Mallorca, 5 de octubre de 1956) llegó a ser uno de los hombres de confianza de José María Aznar. El ex presidente del Gobierno del PP tuvo con él el gesto de recuperarlo como ministro cuando perdió en 1999 las elecciones a la presidencia de Baleares, que había ocupado desde 1996. Aznar le dio la cartera de Medio Ambiente, de gran influencia en Baleares, que gestionó entre los años 2000 y el 2003, para tratar de recuperar el Gobierno de las islas, cosa que hizo en las elecciones siguientes.

Es precisamente a partir de esa segunda etapa cuando comienzan las actuaciones corruptas por las que ha sido condenado ya en dos ocasiones. En su época como ministro, Matas coincidió en el Gabinete con Mariano Rajoy, con quien mantenía una excelente relación de amistad personal. Ambos llegaron a pasar un verano juntos en el yate del empresario Gabriel Escarrer, dueño de la cadena Sol Meliá. Esa relación se rompería tiempo después, cuando Rajoy se consideró traicionado en su confianza. En marzo del 2010, Matas pidió la baja temporal de su militancia en el PP, sabiendo que iba a ser suspendido después de que en su declaración ante el juez José Castro admitiera la comisión de un delito fiscal. «Le deseamos lo mejor, que se defienda y, si puede, que demuestre su inocencia», fue la fría despedida que le dedicó Rajoy.

Matas se encuentra a la espera de juicio por otros procesos de corrupción, entre ellos el caso Nóos, en el que se juzga a la hija de don Juan Carlos y a su yerno, Iñaki Urdangarin. El caso que le va a llevar a la cárcel ilustra la impunidad con la que Matas disponía en su beneficio del dinero público. El ex presidente de Baleares pagaba al periodista Antonio Alemany, el hombre que le escribía los discursos a través de una empresa tapadera, a la que se abonaban servicios no prestados, para impedir que se le identificara. Para mayor escarnio, el propio Alemany, ensalzaba luego diariamente en el periódico para el que trabajaba los discursos que él mismo había escrito.

El gusto por la vida opulenta de Matas y de su mujer, Maite Areal, fue el que condujo a su perdición. El matrimonio llegó a adquirir un palacete en una de las zonas más caras de Mallorca. En el interior de la vivienda fueron hallados, entre otros muchos bienes, más de 150 trajes, 50 pares de zapatos, más de un centenar de bolsos de las mejores marcas y ocho televisiones. En pocos años, Maite Areal gastó más de 66.000 euros en relojes y joyas. Pagaba siempre en metálico.