Las Cortes aprobarán el blindaje del rey en plenos extraordinarios en julio

Ramón Gorriarán MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El Gobierno dará luz verde este mes a la ley orgánica de aforamiento

16 jun 2014 . Actualizado a las 10:02 h.

El Congreso y el Senado aprobarán en sendos plenos extraordinarios en julio el proyecto de ley de aforamiento de don Juan Carlos. El Gobierno tiene previsto dar luz verde al texto en el Consejo de Ministros del 20 o del 27 de junio y solicitar la tramitación urgente en ambas cámaras, al igual que ha hecho con la ley de abdicación. Aunque la inviolabilidad del jefe del Estado por los actos cometidos durante su reinado una vez que deje de ser rey está fuera de discusión, a juicio de la mayoría de los juristas, el Gobierno no quiere sorpresas en forma de demandas o querellas por otras cuestiones referidas a don Juan Carlos. El Consejo de Ministros, por tanto, aprobará este viernes o el siguiente el proyecto de ley para su aforamiento y lo remitirá de inmediato al Congreso y al Senado.

Ambas cámaras celebrarán plenos extraordinarios en julio, es posible que en la segunda y tercera semanas, de modo que antes de que acabe el mes estará cerrado el blindaje penal y civil del rey, tratamiento que conservará don Juan Carlos hasta su muerte. Estos plazos permitirán además al Gobierno contar con el casi seguro apoyo del PSOE, aunque no tiene la misma certeza con otras fuerzas, como UPyD, que apoyó la ley de abdicación, pero que es reticente a la figura del aforamiento, un privilegio ante los tribunales del que disfrutan en España entre políticos, jueces y fiscales 10.000 personas, más que en ningún otro país del mundo. El Ejecutivo da por hecho que no tendrá el apoyo de los grupos de confesión republicana y tampoco cuenta con los nacionalistas.

El Ejecutivo cree que los socialistas, mientras estén liderados por Alfredo Pérez Rubalcaba, no pondrán reparos por su compromiso con el consenso constitucional de 1978. Tampoco es que tema que el nuevo secretario general del PSOE que votarán los militantes el 13 de julio se vaya a resistir a apoyar el proyecto gubernamental, pero prefiere no correr riesgos. Tanto Eduardo Madina como Pedro Sánchez, hoy por hoy los favoritos para suceder a Rubalcaba, aunque muestran un perfil republicano más acentuado, se han mostrado partidarios del aforamiento del rey.

Esta norma que da el privilegio de ser juzgado solo por el Tribunal Supremo, además de aplicarse a don Juan Carlos, se hará extensiva a la futura reina Letizia, a doña Sofía y a la próxima Princesa de Asturias, la infanta Leonor. Hasta ahora estaban al margen de esta garantía procesal.

Mariano Rajoy optará por la fórmula del proyecto de ley específico porque las otras dos alternativas -introducir el blindaje en la reforma de la Ley del Poder Judicial o que el PP presente una proposición de ley en ese mismo sentido-, alargan los plazos, la primera, y la segunda no es, a juicio de fuentes gubernamentales, el rango adecuado para un asunto de Estado.

La tramitación en las Cortes de la reforma de la ley del Poder Judicial puede extenderse hasta final de año y dejaría a don Juan Carlos expuesto hasta entonces. La proposición de ley con lectura única fue utilizada por el PP para reformar la justicia universal en medio de la crítica de todos los grupos, que vieron en ese mecanismo un atajo para hurtar el debate. No parece, por tanto, aconsejable volver a utilizarlo.

Proyecto avanzado

El equipo de juristas que coordina la vicepresidenta Sáenz de Santamaría tiene muy avanzado el proyecto, y el presidente del Supremo, Carlos Lesmes, ya apuntó el pasado jueves que la norma puede estar en vigor «en unas semanas». El Gobierno tiene a favor de la urgencia que ya no necesita pedir el informe del Consejo General del Poder Judicial, un trámite preceptivo que suele demorarse como poco dos semanas. El gobierno de los jueces informó la pasada semana a favor del aforamiento del rey, su esposa y el heredero en su dictamen sobre el proyecto de ley del Poder Judicial. Quedaría el informe de otro órgano consultivo, el Consejo de Estado, que podría redactarlo en dos semanas.

Con ese calendario, el Congreso puede convocar el pleno extraordinario la segunda o tercera semana de julio, y el Senado, siete días después.