Los socialistas, a la espera de que Susana Díaz desvele su futuro

Paula de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Madina y Pedro Sánchez ultiman sus candidaturas, ajenos a la andaluza

10 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Es cuestión de días que los aspirantes a sustituir a Rubalcaba al frente del PSOE revelen sus cartas. Y todas las miradas siguen puestas en la decisión final de Susana Díaz, la gran deseada. No es que el resto de los aspirantes vayan a dar un paso atrás si la presidenta andaluza acaba por sucumbir a las presiones de los secretarios generales. Se trata más bien de que, sin su concurrencia, el escenario obligaría a todos aquellos que ya se han pronunciado a su favor -entre ellos los barones de Madrid, la Comunidad Valenciana, Aragón, La Rioja, Navarra, el País Vasco, Canarias o Murcia- a recolocarse si es que quieren, y eso es lo que esgrimen una y otra vez, un congreso de unidad.

Como lo definía hace unos días un miembro de la ejecutiva, «el partido ha entrado en pánico orgánico». Eduardo Madina, que forzó la convocatoria de un congreso no ortodoxo en el que sean los militantes y no los delegados quienes voten al futuro secretario general, ya ha decidido, según aseguran en su entorno, que luchará por «devolver la ilusión» al partido pese a quien pese. Por el camino ha perdido el apoyo de muchos capitostes, como el del expresidente Zapatero, quien ahora apuesta por Díaz y así se lo ha trasladado, con poco efecto sobre su decisión personal, al joven dirigente vizcaíno.

Pedro Sánchez, el último en incorporarse a las quinielas, tampoco parece dispuesto a renunciar a sus «ganas» de liderar el principal partido de la oposición a pesar de que algunos de sus más relevantes apoyos ya le han advertido de que si Susana Díaz da el paso se arriesga no ya a perder sino a fracasar en el intento de lograr el número mínimo de avales necesarios. El diputado madrileño tiene ambición y poco que perder. «Hace unos meses nadie hablaba de mí; ahora estoy en las quinielas por derecho propio», proclamó ayer en un gesto que habla a las claras de sus intenciones.

Transformación histórica

Frente a la cautela de Madina, que aún no ha dado la más mínima pista de en qué consiste su «proyecto de transformación histórica», Sánchez hizo alarde de su osadía al lanzar una propuesta que, sin duda, puede incomodar a los más tradicionales. Pretende que se sometan a referendo interno asuntos, a su juicio, «relevantes» como una reforma sobre la ley de partidos y la ley de financiación de formaciones políticas así como los sueldos públicos. Y, además, se puso provocador al abogar por quitar «privilegios» a la monarquía como la irresponsabilidad penal del rey. En su entorno afirman que son muchos los que le han garantizado el apoyo si la presidenta andaluza opta por dedicarse por entero a sus actuales funciones.

Mientras Susana Díaz sigue sin pronunciarse, el número dos de la federación andaluza, la más poderosa del PSOE, Juan Cornejo, defendió que la secretaría general.