Dimite Paula Prado como portavoz del PP de Galicia, pero se aferra al escaño que la mantiene como aforada

Serafín Lorenzo SANTIAGO

ESPAÑA

XOÁN A. SOLER

Ha anunciado su decisión «irrevocable» en una rueda de prensa en Santiago. Estaba siendo investigada por la jueza Pilar de Lara en la operación Pokémon. Asegura que no infló ninguna factura, en contra de lo que dicen los agentes de Vigilancia Aduanera en un informe incorporado al sumario

05 jun 2014 . Actualizado a las 22:39 h.

La operación Pokémon se cobra su primera víctima en la cúpula del PP gallego. La dirección popular dio vía libre ayer a su número tres, Paula Prado, para hacer lo que desde el 28 de febrero pasado no había considerado prudente que hiciera: dar una rueda de prensa. La convocatoria ya era noticia en sí misma. Rompía tres meses de silencio. Por inusual, la cita tenía que tener un motivo de peso. «Onte presentei a miña renuncia irrevocable como voceira do PP de Galicia», anunció Prado. La exconcejala compostelana, investigada como testigo en la Pokémon, conserva en todo caso su escaño como diputada del Parlamento autonómico. Mantendrá, por tanto, el blindaje judicial que le confiere su condición de aforada.

Prado explicó su salida de la portavocía con la clave de que es lo mejor para el PP gallego. Sostuvo que su relación con el caso que investiga la jueza Pilar de Lara le impide cumplir con los cometidos del cargo. «Non estou a axudar ao partido todo o que quería», confesó. En sus comparecencias ante la prensa, lamentó, sus avatares personales por la citación como testigo de esa operación judicial contra la corrupción política eclipsaban sus intentos por trasladar los mensajes del PPdeG. El argumentario popular quedaba diluido por los datos que iban saliendo a la luz en cada levantamiento del secreto de sumario. «Ogallá as comparecencias que celebrei ante a prensa tivesen a mesma repercusión que tiveron as que non celebrei», ironizó. Prado recalcó que, ante esa imposibilidad para desempeñar la «labor comunicadora» que le encomendó su partido, «a portavocía debe recaer noutra persoa que poida exercer a función de nexo entre as propostas do partido e a cidadanía». ¿En quién? La diputada señaló que no tiene constancia de la persona elegida para coger su relevo.

«Non foron meses sinxelos»

Una de las incógnitas que abre la marcha de Prado es el momento elegido por la cúpula que encabeza Feijoo para abrir esa puerta. El manejo de los tiempos. Paula Prado dejó algunas pistas. Reveló que, desde febrero pasado, ya puso su cargo a disposición del partido en varias ocasiones. Y apostilló que siempre obtuvo como respuesta «palabras de apoio», tanto del propio Feijoo como del secretario general del PPdeG, Alfonso Rueda. El contexto en el que ahora se da vía libre a la dimisión es evidente. Se produce solo diez días después de las europeas, en las que el PP perdió más de 220.000 votos en Galicia. Y quince desde el último levantamiento parcial del sumario de la Pokémon. En plena recta final de la campaña, trascendió que la jueza instructora del caso había elaborado una pieza separada sobre Prado y que tiene luz verde desde diciembre para elevar esa investigación al Tribunal Superior de Xustiza (TSXG). La dirección popular descartó entonces dejar caer a Prado por entender que «no hay novedad» en su situación. «Tranquilidad y respeto a la Justicia», proclamó Feijoo a la entrada de un mitin en Santiago. Los motivos que el PP no encontraba entonces para la salida de Prado han aparecido superadas las elecciones. Y eso que su situación procesal no ha registrado novedad desde entonces, según resaltó la diputada.

Prado no esquivó su situación judicial ante los periodistas. Trató de explicar incluso unos meses de silencio insólitos en la portavocía del PPdeG. Tras confesar que «non foron meses sinxelos», indicó que el partido y ella misma decidieron limitar sus apariciones públicas. «Era o máis prudente», significó la parlamentaria, que compareció como testigo en la Pokémon pero no está imputada. Trasladó al respecto un razonamiento que en estos últimos meses ya ha comentado en varias ocasiones en privado: «Nun proceso xudicial baixo secreto de sumario non podería ter aclarado todas e cada unha das conversas sen incorrer nun delito de revelación de segredo».

En su escaño por «traballadora»

La diputada se mostró menos locuaz sobre una dimisión que no afecta a su continuidad en el Parlamento. Prado desligó el papel de la portavocía del partido de su labor en O Hórreo. «Son unha deputada moi traballadora. Levo moito traballo na miña portavocía [la del área institucional y de presidencia del Grupo Popular]. Unha cousa é a labor de comunicadora e outra a de lexisladora. E como lexisladora estas cuestións non afectan en absoluto», defendió. Prado echó así balones fuera ante la insistencia de los medios por su interés en mantener un escaño con el que preserva su condición de aforada.

Es esta salvaguarda la que llevó a la jueza Pilar de Lara a plantear a la Fiscalía la oportunidad de llevar la investigación sobre Prado al TSXG. La respuesta positiva de la Fiscalía, que la instructora de la operación Pokémon de momento no ha concretado, le permite seguir avanzando en un caso en el que entiende que la ya ex portavoz del PP gallego incurrió presuntamente en «ciertas irregularidades que pudieron ser constitutivas de infracción penal». Entre otras, alude al «pago de una factura inflada». Prado lo negó ayer. Porfió en que su comportamiento nunca se alejó de la legalidad.