Las conversaciones «privadas» de Paula Prado: «Una pluma Mont Blanc, un bolso de no sé cuanto y otros regalos de la hostia»

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado LA VOZ

ESPAÑA

Álvaro Ballesteros

Los resultados de las elecciones y los procesos judiciales aceleran las renuncias tras los casos de presunta corrupción dentro del marco de la operación Pokémon

04 jun 2014 . Actualizado a las 20:55 h.

«Los regalos que hace Vendex tú ya los sabes. Sin hacer nada hace un regalo de la hostia. Una pluma Mont Blanc o un bolso de no sé cuanto». Es una pequeña parte de una conversación telefónica entre Paula Prado, ya exportavoz del PP en el Parlamento de Galicia, y Ángel Espadas, exjefe del gabinete de Conde Roa. Prado presentó este mismo miércoles su dimisión «irrevocable» como portavoz de los populares. En su versión oficial, se declara «incapaz» de trasladar los mensajes de su formación política. Sin embargo, Prado no ha renunciado a su condición de parlamentaria, lo que le garantiza el blindaje judicial propio de su condición de aforada.

El nombre de Paula Prado aparece en varias ocasiones en las montañas de folios resultantes de las investigaciones de Vigilancia Aduanera, en el marco de la Operación Pokémon. De entre todas las que vieron la luz hasta el momento, otra de las más sonadas fue cuando se hizo pública su desconfianza total hacia Conde Roa: «Gerardo es capaz de arremeter contra arriba, que si no le dan nada empieza a disparar hacia los muñecos». A sus ojos, «un zorro viejo» a quien veía capaz de «tirar de la manta».

La evolución de Pokémon y sus ramificaciones continúan golpeando a la capital gallega, especialmente tras los resultados de las elecciones europeas del 25 de mayo. Justo al día siguiente, el 26, el concejal de Deportes Adrián Varela presentó su renuncia en «solidariedade» con los siete ediles juzgados por tomar la decisión de pagar su defensa en los tribunales. A las pocas horas trascendió que Varela tendría que declarar por un caso de despido de una trabajadora por ser la mujer de un representante sindical.

Este mismo lunes fue el turno de los siete concejales condenados a nueve años de inhabilitación para el ejercicio de cargo público por prevaricación.

Aunque las causas se cocinaron tras las puertas de Raxoi, Paula Prado, que en su día sonó con fuerza como aspirante para relevar a Conde Roa, y que con la llegada de Currás renunció a su acta de concejal para trasladarse unos metros más abajo a o Hórreo, es el primer caso que salpica fuera del concello.