El Gobierno de François Hollande ha decidido aparcar por el momento la promesa de éste de permitir que los extranjeros residentes en el país puedan votar en las elecciones municipales, tan solo cuatro días después del fuerte varapalo sufrido por los socialistas en las europeas. «No hay mayoría constitucional para hacerlo. No merece la pena plantear cuestiones que uno sabe que no tiene medios para resolverlas», explicó el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.
De esta manera, parece que Hollande da por enterrada, al menos por el momento, su promesa electoral. «Daré derecho de voto en las elecciones locales a los extranjeros (no comunitarios) que residan legalmente en Francia desde hace cinco años», habían sido sus palabras, según recuerda Le Figaro.
A principios de este mes, el presidente había dicho que pensaba plantear la cuestión y había explicado que no lo había hecho antes de las elecciones municipales de marzo «porque nos lo habrían reprochado». El Partido Socialista también sufrió una contundente derrota en estos comicios lo que llevó a Hollande a remodelar su gabinete y designar a Manuel Valls nuevo primer ministro.
Para poder llevar a cabo esta medida, sería necesaria una reforma de la Constitución, algo que no puede acometerse en Francia sin un referendo o sin una mayoría de tres quintas partes del Congreso. Desde el Frente Nacional, que se opone a la medida, han celebrado la decisión del Ejecutivo, que atribuyen a su ascenso electoral.