La oposición se disputa la bandera electoral de la rebeldía

c. p. REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Estrategias frente a la proliferación de listas del desencanto

12 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El manifiesto desencanto que la ciudadanía está plasmando en los sondeos hacia la clase política en general y contra los recortes en particular, conjugado con la proliferación de nuevas candidaturas que pretenden pescar en el océano de la disconformidad, está haciendo coincidir a las principales formaciones de la oposición en presentarse como garantes de la rebelión frente a las políticas de austeridad. Socialistas, BNG y AGE han arrancado de hecho la campaña disputándose la bandera de la rebeldía.

El exministro y candidato José Blanco, la enarboló ayer en Vilagarcía, instando a su público «a rebelarse contra los pirómanos del PP», como calificó a los cargos del Gobierno central y gallego para achacarles así haber gestionado la crisis a cuenta de los derechos sociales, laborales y los ahorros de la mayoría de la sociedad, además de negarle a Feijoo la autotitulación para los de su partido de «bombeiros do incendio do PSOE».

Pero aún más intensa es la pugna que AGE y BNG mantienen por un espacio que llevó a los liderados por Xosé Manuel Beiras a entrar en masa en el Parlamento gallego en las últimas autonómicas.

«Rebeldía», «somos a forza da rebelión» o «temos que rebelarnos» son algunas de las expresiones más empleadas en sus intervenciones por Ana Miranda, la candidata del Bloque, formación que acompaña su cartelería urbana en esta campaña con el lema Somos a alternativa. Así, además de apelar a la rebelión con la que Beiras construyó parte de AGE, el BNG introduce con intención una frase que cuestiona de raíz la propia denominación de Alternativa Galega de Esquerda, ahora que la coalición de Anova y EU se diluye dentro de la candidatura de la Izquierda Plural.

El paro, la corrupción y los efectos nocivos causados por la gestión de la crisis en los servicios públicos son los látigos con los que AGE sigue animando a la rebelión cívica en las urnas, aunque en esta campaña sin mentarla con la asiduidad de las autonómicas.