González revienta la campaña del PSOE al apoyar un pacto con el PP

Tino Novoa REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Valenciano, que intenta marcar las diferencias, descarta el acuerdo

12 may 2014 . Actualizado a las 10:21 h.

La campaña ha empezado con escaso punch, como si los candidatos estuvieran aún adormecidos. O quizás porque intentan resolver la crisis de identidad que parece atenazarles. La confusión es generalizada, y ni siquiera la llegada de los líderes europeos en ayuda de los aspirantes nacionales parece aclarar las ideas ni animar la campaña. «Nos lo están quitando todo, pero vamos a darle una lección a la derecha del austericidio que está acabando con nuestra esperanza», advirtió Elena Valenciana en Málaga, en presencia de Martin Schulz, candidato de los socialdemócratas a la presidencia de la Unión Europea.

El arranque de izquierdismo de Valenciano fue frenado en seco por el número dos de la candidatura del PP, Esteban González Pons. «Es curioso que intente ponernos en evidencia atacando a Merkel y lleven a Schulz, socio de gobierno en Alemania, como candidato», argumentó Pons. Y fue aún más allá: «Me parece que Schulz tendría que explicar a Valenciano por qué debe votar a Arias Cañete». Tampoco olvidó aludir al apoyo que Valenciano recibirá, en el mitin programado para el próximo día 21 en Barcelona, del primer ministro francés, Manuel Valls. Este socialista hijo de catalanes acaba de sacar adelante un recorte de 50.000 millones de euros.

Lo que España necesite

Pero los esfuerzos de Elena Valenciano por acentuar su perfil izquierdista para marcar diferencias con los populares se los reventó de un plumazo su propio ídolo, Felipe González. El expresidente, la persona a quien ella comparó la semana pasada con Jesucristo, abogó anoche en el programa de la Sexta El objetivo por una gran coalición de gobierno PP-PSOE «si el país lo necesita». Reconoció que los últimos datos económicos, e incluso los del paro, demuestran que España «ha tocado fondo», pero «ahora se arrastra por el suelo». Por ello, concluyó, es necesario un cambio en las políticas europeas. Porque, añadió, los gobiernos no han entendido «ni la magnitud ni la dirección de la crisis». Pero no es suficiente con culpar a Bruselas. Hay un primer problema que atañe directamente a Mariano Rajoy y a Alfredo Pérez Rubalcaba. «Lo más preocupante es que nadie sea capaz de decir en veinte minutos y con credibilidad qué quiere hacer con España en los próximos veinte años», proclamó. Sea como sea, concluyó, PP y PSOE deben estar en condiciones de responder a lo que «España necesite en cada momento», incluso si eso supone una gran coalición a la alemana. «No hay ninguna demostración de que la dispersión del voto, que es legítima, ayude a arreglar los grandes problemas del país», dijo para justificar su posición.

Las declaraciones de Felipe González suponen un torpedo en la línea de flotación de la campaña socialista. En el PSOE insisten en que incluso en el supuesto de que una gran dispersión del voto hiciera difícil la gobernabilidad no estarían dispuestos a un pacto con el PP porque consideran que «la derecha española está lejos de poder forjar ese tipo de acuerdos», según Elena Valenciano. «Somos un partido de Gobierno que a lo que aspira es a volver a gobernar; si nuestra mayoría no fuera suficiente puede darse el caso de que tengamos que llegar a acuerdos, ahora nuestra opción serían fuerzas políticas más cerca de la izquierda que de la derecha», advirtió la vicesecretaria general en declaraciones que cita Colpisa.