Notas de Suárez confirman que su cese fue ajeno al 23-F

Tino Novoa REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Manuscritos facilitados por su hijo muestran que dimitió para salvar al Gobierno y la democracia

08 abr 2014 . Actualizado a las 09:54 h.

«Suárez dimite tras un acoso y derribo por tierra, mar y aire, sometido a una brutal presión militar, mediática y política, incluso desde sus propias filas», escribe Enrique Clemente en el libro Adolfo Suárez, el nacimiento de un mito. Documentos manuscritos de Suárez facilitados por su hijo a El Mundo, que este diario publicó ayer, vienen a confirmar la tesis mantenida en el libro publicado el pasado domingo por La Voz de Galicia.

En sus notas personales, Suárez hace un análisis de la situación política que describe en tres puntos: «1. Desprestigio de las instituciones democráticas; 2. Solo prestigio del rey; 3. Desprestigio de UCD». E incide este sentido al apreciar «heridas, cada vez más profundas, inferidas entre miembros de nuestro partido», seguido de «posiciones personales, en los m.c.s. (medios de comunicación social), de descalificación de otros miembros de UCD».

En libro de La Voz, Enrique Clemente escribe: «El presidente lleva meses siendo acosado y presionado desde todos los frentes. La prensa le critica sin piedad; los socialistas le hacen una oposición durísima, pintan un cuadro apocalíptico de su gestión con continuas descalificaciones personales; los poderes fácticos, no solo los militares, sino también los empresarios y financieros, quieren deshacerse de él y repiten que el país se encamina a la catástrofe (...) Pero para Suárez es especialmente dolorosa la conspiración que existe en su propio partido para echarlo».

Consciente de que «el problema consiste en diferentes concepciones del partido», convoca a los barones a un encuentro, en julio de 1980, en Manzanares el Real, que se conocerá popularmente como la reunión de la casa de la pradera, de la que Clemente da cumplida cuenta en su texto. El libro de La Voz cuenta también como el entonces presidente madura su dimisión durante sus vacaciones en O Grove. Y ya tiene en mente para sucederle a Leopoldo Calvo Sotelo, uno de los pocos dirigentes de UCD que permanece ajeno a la campaña de acoso. «Una solución seria, responsable y patriótica», escribe en sus notas Adolfo Suárez. Su objetivo es tratar de que el Gobierno de UCD aguante hasta 1983, cuando toca cita electoral (después adelantada), y salvaguardar la democracia. «Yo no quiero que el sistema democrático sea, una vez más», un paréntesis», recuerda Clemente en el libro de La Voz.