Los españoles toman el Congreso para honrar a Adolfo Suárez

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El rey y los tres exjefes del Gobierno rinden homenaje al primer presidente de la democracia. La capilla ardiente se ha reabierto a las 7.00, una hora antes de lo previsto. SIGUE AQUÍ TODA LA INFORMACIÓN

25 mar 2014 . Actualizado a las 11:01 h.

Consiguió en vida un consenso político para la reforma democrática que parecía imposible, y también en su muerte congregó el elogio unánime de todos los partidos, sin distinción de ideologías. Representantes de todas las fuerzas políticas, de todas las instituciones y sectores sociales, así como miles de ciudadanos anónimos que guardaron largas colas para desfilar ante el féretro, se despidieron ayer de Adolfo Suárez en la capilla ardiente instalada en el Congreso de los Diputados. En ese templo de la democracia que acogió sus discursos más memorables comenzaron ayer los actos de homenaje que culminarán con el funeral de Estado que se oficiará el próximo lunes en la catedral de la Almudena.

Los restos mortales del primer presidente democrático llegaron al Congreso a las diez de la mañana y allí fueron recibidos en la Puerta de los Leones del Congreso, que solo se abre en ocasiones solemnes, por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, y el resto de las autoridades del Estado, todos de luto riguroso. A esa hora se habían congregado ya en los alrededores del Parlamento miles de personas, algunas de las cuales llevaban horas de pie, para dar su último adiós al expresidente.

El féretro, cubierto con la bandera de España, era portado por ocho soldados que recorrieron con él a hombros el tramo de escaleras que da acceso al Parlamento. Les seguían los familiares del exjefe del Ejecutivo, encabezados por su hijo Adolfo, que portaba en sus manos el collar del Toisón de Oro que el rey le concedió a su padre en el año 2008. La tradición establece que el collar debe ser devuelto a la muerte de su titular.

En torno a las diez y media, los reyes Juan Carlos y Sofía, acompañados de la infanta Elena, acudieron al Congreso para despedirse del hombre al que el monarca calificó como un «amigo leal» con el que pilotó la exitosa singladura de la transición hacia la democracia y al que impuso a título póstumo la Gran Cruz de la Real Orden de Carlos III. Los reyes saludaron cariñosamente a todos los familiares. Don Juan Carlos se fundió luego en un emocionado abrazo con el hijo mayor de Adolfo Suárez y tuvo palabras de consuelo para los otros hermanos, Javier, Sonsoles y Laura. «Es una gran pena», dijo después el monarca ante la prensa.

Una gran pérdida para España

Tras el saludo solemne ante el féretro del presidente del Gobierno y de los presidentes del Congreso y del Senado, fueron desfilando uno a uno los otros tres expresidentes del Gobierno vivos: Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, en una escena cargada de simbolismo, que reflejaba el consenso político en torno a la figura de Adolfo Suárez. Lo mismo hicieron luego el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, y el del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos. Antes de la llegada de los restos de Suárez se pudo ver a los tres expresidentes conversando animadamente, algo muy poco habitual en los últimos años, hasta el punto de que, según relató luego Zapatero, Aznar y González se preguntaron mutuamente por sus nietos.

Los príncipes de Asturias llegaron en torno a las tres de la tarde, después de asistir en Bilbao al funeral por el alcalde de la capital vizcaína, Iñaki Azkuna, y permanecieron durante veinte minutos en la capilla ardiente. «Es una gran pérdida para España, hay que agradecérselo todo», dijo el príncipe al serle requeridas unas palabras a la salida del Congreso.

El arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, visitó la capilla ardiente y dedicó una oración a Adolfo Suárez, cuya pérdida, dijo «llena de dolor nuestros corazones». Varios presidentes autonómicos rindieron también un último homenaje a Suárez y dieron el pésame a los familiares. Entre ellos se encontraba el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, que llegó al Congreso en torno a las ocho de la tarde. Feijoo destacó la «grandeza» de una «figura de inspiración» que fue padre de «la política, la España democrática y las autonomías». También acudió en medio de una gran expectación el presidente catalán, Artur Mas, que señaló que en este momento hacen faltan políticos que, como hizo Suárez, no miren «hacia otro lado». «Miró de cara los problemas, no los soslayó ni los rehuyó. Esto es un activo político que deberíamos tener muy presente en los momentos actuales», afirmó. Figuras históricas de la política, como el expresidente catalán Jordi Pujol, se despidieron también de Suárez.

Entierro en Ávila

Durante todo el día, y a pesar de que la lluvia hizo acto de presencia durante la jornada, fueron desfilando por delante del féretro, en silencio y con gesto de respeto, miles de ciudadanos, deseosos de dar el último adiós al presidente de la concordia. Los restos mortales del duque de Suárez, velados en todo momento por tres militares de los tres Ejércitos y un agente de la Guardia Civil, quedarán expuestos en el Salón de los Pasos Perdidos del Congreso hasta las diez de la mañana de hoy rodeados por decenas de coronas de flores envidas desde todas las instituciones del Estado. Un gran cruz presidía la cabecera del féretro, cubierto parcialmente con una bandera de España y con cuatro enormes candelabros con velas en cada una de las cuatro esquinas.

La capilla ardiente ha quedado reabierta sobre las siete de la mañana, una hora antes de lo previsto, para dar entrada a los ciudadanos que, pese al frío de la madrugada, esperaban poder dar el último adiós al expresidente del Gobierno. Una larga cola de ciudadanos esperaban en la Carrera de San Jerónimo para poder entrar al Salón de Pasos Perdidos donde se encuentra el féretro del expresidente Suárez. La capilla ardiente se había cerrado a las 02.18 de la madrugada por expreso deseo de la familia, tras entrar esta madrugada la última persona que se encontraba en la cola, formada ayer por miles de ciudadanos. La familia decidió retirarse a descansar para volver hoy a primera hora a la capilla ardiente.

El féretro con los restos mortales de Adolfo Suárez será trasladado hoy hasta la catedral de Ávila, en donde se celebrará una misa de corpore insepulto. El cadáver será enterrado posteriormente en el claustro de la catedral junto al de su esposa, Amparo Illana, fallecida en el año 2001.