Miguel Carcaño se somete hoy al «test de la verdad»

Europa Press

ESPAÑA

La prueba puede servir para acotar la búsqueda de los retos de la joven Marta del Castillo

06 mar 2014 . Actualizado a las 09:46 h.

Miguel Carcaño, que fue condenado a 21 años y 3 meses de cárcel por el asesinato de la joven sevillana Marta del Castillo, se someterá finalmente hoy a la prueba de Potencial Evocado Cognitivo P300 o test de la verdad en el hospital Miguel Servet de Zaragoza.

Fuentes policiales y penitenciarias han informado que Miguel Carcaño, interno en la cárcel de Herrera de la Mancha, en Ciudad Real, se encuentra desde la tarde de este martes en la prisión de Zuera, en Zaragoza, a fin de someterse al test de la verdad, prueba que realizará el neurólogo y neurofisiólogo clínico José Ramón Valdizán.

Valdizán ya explicó que esta prueba puede servir para acotar la búsqueda de los retos de la joven Marta del Castillo, ya que el test de la verdad «no solo sirve para buscar», sino también «para descartar» dónde no hacerlo.

Este especialista fue quien el pasado 18 de diciembre realizó esta prueba por primera vez para una investigación judicial, en ese caso a Antonio Losilla, que se halla en prisión como presunto autor del asesinato de su esposa, Pilar Cebrián, desaparecida en Ricla (Zaragoza) en abril de 2012.

El especialista manifestó que la utilidad de la prueba dependerá «de la información previa que nos aporte la policía judicial», que servirá para «hacer una jerarquización de los estímulos» que se muestran a la persona a la que se le hace, como fotos y textos, de los que se obtiene una respuesta cerebral que «no se puede manipular» y que está relacionada con un recuerdo vivido.

Fiabilidad

Valdizán comentó que la fiabilidad de esta prueba está cifrada en al menos el 87 % y ya se utiliza de forma pericial en otros países, como en Estados Unidos, para «casos de terrorismo», así como en Japón, con unas 5.000 pruebas por parte de la policía cada año.

La duración de esta prueba es de unas dos horas, si bien requiere una preparación previa más prolongada y adecuada, especialmente en la selección de los estímulos que se le muestran a la persona para ver su impacto cerebral. El análisis posterior puede durar unas dos semanas.

Valdizán relató que la prueba se realiza en una habitación a oscuras para que las pupilas de los ojos se dilaten más y perciban mejor los estímulos. Se coloca en la persona sometida a ella un gorro de electrodos y se la sitúa a un metro de distancia de una pantalla de ordenador, en la que se le van mostrando las diferentes imágenes y frases, alternándolos de forma aleatoria.

Dos monitores registran la imagen de la persona y el electroencefalograma, respectivamente, y, después, se comprueba la coherencia y validez de la información obtenida de este último, se extraen los datos y se analizan.

El auto

La prueba se llevará a cabo después de la petición realizada al respecto por la Policía Nacional al juez de Instrucción número 4 de Sevilla, que mantiene abierta una pieza separada sobre la búsqueda del cuerpo y que autorizó mediante un auto excarcelar al asesino confeso después de que éste diera su «consentimiento expreso» a la misma.

El juez señalaba en el auto que la prueba a realizar por el servicio de Neurofisiología Clínica del hospital universitario Miguel Servet de Zaragoza «consiste en la búsqueda de información mediante la respuesta del cerebro a determinados estímulos». «Desde el punto de vista científico, (...) la actividad neuronal del sujeto ante los estímulos externos e internos puede ser registrada por medio de electrodos no invasivos e indoloros colocados sobre el cuero cabelludo para su posterior análisis con ayuda del instrumental neurofisiológico necesario», detalla el auto.

Entre «las modificaciones de la actividad eléctrica cerebral provocadas por estímulos internos, los 'potenciales evocados cognitivos', el más estudiado es el denominado P300, porque consiste en una onda positiva que se produce aproximadamente a los 300 milisegundos del inicio del estímulo», extremo que «no puede ser modificado por la voluntad del sujeto» y que «genera datos digitales que pueden ser valorados objetivamente y que dista mucho de lo que se ha venido en denominar 'máquina de la verdad'».

En este auto, el juez señalaba que la prueba «no atenta contra la dignidad personal» del penado y «nunca podría ser utilizada» contra el mismo al pesar ya sobre él una condena firme como autor del asesinato de Marta del Castillo. «La Policía Judicial pretende una actuación orientada a la localización del cuerpo de la víctima y el penado ha aceptado someterse a ella voluntariamente», concluía.