Interior informa por error de la detención del hijo de Josu Ternera

Melchor Sáiz-Pardo / Colpisa

ESPAÑA

Mes y medio después de poner en riesgo una operación al informar de la redada por Twitter, el departamento anuncia que ha capturado al hijo de Josu Ternera para desmentirlo horas más tarde

02 mar 2014 . Actualizado a las 02:01 h.

Nuevo episodio rocambolesco a cuenta de la precipitación departamento de prensa del Ministerio del Interior a la hora de informar a la opinión pública de las operaciones antiterroristas. Un mes y medio después de que el anuncio antes de tiempo de una operación contra el aparato de abogados de ETA le costara el puesto al anterior responsable de prensa del departamento de Jorge Fernández, Interior informó hoy por error de la captura en Francia de Egoitz Urrutikoetxea Laskibar, hijo del histórico cabecilla de la banda y también huido, Josu Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera. Al final, el arrestado era un vecino de la zona, sin ninguna relación con la banda armada.

La confusión duró casi dos horas y media. A las 18:08 horas de este sábado, una nota de Interior avisó a todo el país de que Urrutikoetxea, que llevaba más de una década en busqueda y captura, había sido detenido muy poco antes ( a las 16:50 horas) por agentes galos, con la ayuda de policías españoles, en la localidad vasco francesa de Berrogain Laruns, en cumplimiento de una orden de la justicia gala para cumplir una condena por asociación terrorista. Interior ya avisaba, incluso, de que el hijo de Josu Ternera estaba incorporado al «núcleo» del «aparato político» de ETA, junto a su progenitor. Sin embargo, según revelaron fuentes de la lucha antiterrorista francesa, a las horas que informó Interior de la detención de Urrutikoetxea era imposible saber sin género de dudas si en realidad el detenido era el hijo de Ternera, (a pesar de su parecido y del hecho de que los agentes le buscaban en esa zona). Y simplemente porque los funcionarios y el arrestado no habían llegado aún a la comisaría de Bayona, distante 93 kilómetros (unos 70 minutos de viajes desde Berrogain) para cotejar sus huellas dactilares, único sistema infalible de identificación. Solo a las 20:31 horas de la tarde, el ministerio reconoció su error con una lacónica nota, en la que afirmaba que «la Policía Judicial francesa en colaboración con la Comisaria General de Información del Cuerpo Nacional de Policía han realizado la completa identificación del detenido y han concluido que se trata de una persona relacionada con el entorno del presunto miembro de ETA Egoitz Urrutikoetxea».

Fuentes de la lucha antiterroristas galas precisaron que jamás se informó de la captura del hijo de Ternera y que a la cadena de mando y a Madrid se comunicó en todo momento que se estaba trasladando al arrestado a Baiona para su identificación, ya que las huellas de Urrutikoetxea están en poder de la policía francesa, ya que éste ha sido arrestado en multitud de ocasiones por su participación en diversos actos de kale borroka en el país vecino, donde también acumula condenas en rebeldía por esos actos violentos.

Un vecino

Aunque Interior apuntó a que se trata de un persona «relacionada con el entorno» del huido, los cierto es que los mandos galos en ningún momento relacionaron al detenido con el entorno del hijo del dirigente de ETA. Según estas fuentes, era simplemente un vecino, cuya esposa, además, se personó de inmediato ante la Gendarmería para denunciar la detención errónea de su marido.

El equívoco por la precipitación de este sábado de Interior tiene un antecedente muy cercano, el pasado 8 de enero. Entonces, el departamento de Prensa del ministerio puso en serio riesgo una operación contra el aparato de abogados de ETA al informar de la redada a través de Twitter y de un correo electrónico a todos los medios de comunicación antes, incluso, de que los agentes salieran del acuartelamiento de La Salve de Bilbao para irrumpir en el despacho de la abogada Arantza Zulueta, de la calle Elcano de la capital vizcaína, donde estaba reunidos seis de los arrestados.

El propio departamento de Interior rectificó su precipitada información retirando la información en Twitter y enviando a las 15:34 horas un nuevo correo en el que anulaban el anterior «a todos los efectos».

Para entonces, las personas que estaban en el despacho habían disuelto la reunión y se encontraban manipulando varios ordenadores y destruyendo pruebas. Aquel error le costó el puesto días después al jefe de prensa de Interior, Alberto Gimeno, quien presentó su dimisión al ministro, quien finalmente fue forzado por Moncloa a aceptarla.