Invocaciones al espíritu de Fraga mientras Rajoy ve al partido «muy bien»

E. C. VALLADOLID / LA VOZ

ESPAÑA

01 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La sombra de José María Aznar y Jaime Mayor Oreja planeó ayer sobre el cónclave del PP que tenía en principio como objetivo principal vender del inicio de la recuperación y la futura bajada de impuestos, que los ciudadanos notarían en el 2015. Pero Mariano Rajoy ya dejó claro tras su segunda derrota electoral del 2008 que sabe lidiar con estas crisis internas y ayer demostró temple y sentido del humor. Durante su visita a la exposición de fotografía sobre la historia del PP y diversas casetas, y con las gafas de Google puestas, aseguró que ve «muy bien» el partido. «Y sin ellas también», añadió.

Pero la ausencia de estas dos figuras históricas, disconformes con algunas políticas del presidente del Gobierno, era demasiado notoria para que no se notara. Tanto que los llamamientos a la unidad marcaron la primera jornada en la que el punto fuerte fue el discurso de María Dolores de Cospedal, que acudió acompañada por su marido, Ignacio López del Hierro, que ocupó un lugar preferente en la primera fila del auditorio Miguel Delibes de Valladolid, junto a su esposa, Rajoy y otros dirigentes populares. Hace unos días se publicó que López del Hierro supuestamente fue contratado «en diferido» por Liberbank para que llevara a cabo unos servicios inexistentes.

El encargo de Fraga

La figura de Manuel Fraga también estuvo muy presente en la convención. No solo porque se volvió a emitir el vídeo de su famoso «no hay tutelas ni hay tutías», cuando dio paso a José María Aznar. Sino también porque varios intervinientes, incluida De Cospedal, invocaron su espíritu para apelar a la unidad. Lo hizo el veterano Carlos Argos, uno de los fundadores de Alianza Popular y carné número dos del PP, que intervino en el pleno ante los 2.000 asistentes a la convención, reveló que días antes de morir le hizo un encargo: «Dile a Mariano que preserve dos cosas por encima de todo: la unidad del partido y la unidad de España». Argos calificó al expresidente gallego como «uno de los hombres más insignes que ha tenido este país», lo que provocó grandes aplausos en el auditorio vallisoletano.