El Gobierno respalda a la cúpula del PP vasco frente a los críticos

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Arantza Quiroga respondió a los críticos que el partido sigue aunque alguien se vaya.
Arantza Quiroga respondió a los críticos que el partido sigue aunque alguien se vaya. ALfredo Aldai < / span>efe< / span>

Arantza Quiroga recuerda que Aznar pactó con el PNV para ser presidente

31 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

A 24 de horas de que comience la convención nacional del PP, marcada por las ausencias de José María Aznar y de Jaime Mayor Oreja y por las críticas de las asociaciones de víctimas y los sectores más derechistas de partido a la política antiterrorista de Mariano Rajoy y a la actual dirección del PP del País Vasco, el Ejecutivo tomó ayer partido inequívoco a favor de la líder de los populares en esa comunidad, Arantza Quiroga. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, expresó el apoyo del gabinete dirigido por Rajoy y «el aliento y el apoyo de muchos en toda España» al equipo capitaneado por Quiroga.

Reunión Rajoy-Urkullu

La número dos del Gobierno quiso acallar las críticas asegurando que el Estado está derrotando al terrorismo «con firmeza» y por eso el proyecto de la actual dirección del PP vasco es «más importante que nunca». En un mensaje de especial firmeza, Sáenz de Santamaría advirtió de que a ETA no le queda otra salida que «la disolución sin condiciones ni concesiones». Y aseguró que en ese final de la banda, el PP vasco, al que calificó como «un referente de la libertad», debe ser clave para que sean los demócratas «los que escriban la historia de lo que ha pasado en el País Vasco, y no «quienes tomaron las armas contra la democracia» y quienes les respaldaron».

El Gobierno quiere eludir a toda costa la imagen de que en la inminente reunión de Mariano Rajoy con el lendakari Íñigo Urkullu vaya a pactarse una fórmula para el final de ETA acordada con los nacionalistas, a pesar de que desde el PP vasco se reconozca que el Ejecutivo de Vitoria debe tener un papel destacado en este proceso. Santamaría se esforzó ayer en asegurar que Arantza Quiroga «sigue defendiendo las mismas ideas y el mismo proyecto» que «ha costado la vida a tantos compañeros» y que la llevó a afiliarse al PP vasco con 19 años. El Gobierno evita, eso sí, cualquier comentario que pueda interpretarse como una crítica a Mayor Oreja, representante de un sector crítico al que la ex líder del PP vasco María San Gil pone por ahora la voz.

Pero sí lo hizo indirectamente la propia Quiroga, quien, preguntada por el plantón de Mayor Oreja y de Aznar a la convención del PP, respondió que «unos se van y otros siguen, es ley de vida». «Porque alguien se vaya, sea quien sea, el partido no se diluye ni pierde sus principios», añadió. E incluso se atrevió a criticar a Aznar al defender los pactos con el PNV y recordar que aunque «ahora hay mucho ruido» y «poca memoria», el ex líder del PP consiguió ser investido presidente del Gobierno gracias al acuerdo alcanzado con el entonces líder del PNV Xabier Arzalluz.

Botella y la agenda de Aznar

Pese a estos reproches, la dirección del PP sigue empeñada en negar que los plantones de Aznar y de Mayor Oreja se deban a sus discrepancias con Rajoy. Ayer, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, insistió en la tesis de que su marido, José María Aznar, no irá a la convención del PP por problemas de agenda. «Pasa una gran parte de su tiempo fuera y no le ha sido posible cambiar una agenda que tenía prevista en estos últimos días», señaló. Botella expresó también su «respeto» a la decisión de Mayor Oreja de no repetir como candidato en las europeas y no acudir a la convención y su «cariño» personal hacia el ex ministro, al que consideró «un referente» del PP.