La izquierda definirá su modelo de Estado federal en un congreso

paula de las heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Intentará conciliar el «derecho a decidir de los pueblos» y la unidad nacional

23 dic 2013 . Actualizado a las 15:07 h.

La decisión de ICV-EUiA de respaldar la pregunta pactada por Artur Mas para un eventual referendo de autodeterminación en Cataluña ha colocado a Izquierda Unida en una situación compleja. Casi tanto como la que traía de cabeza al PSOE hace apenas un mes, cuando sus socios del PSC no se habían apartado aún claramente de la apuesta soberanista.

En la dirección de la coalición de izquierdas aseguran que el desgaste que puede suponer este asunto ante su electorado no es aún perceptible, pero admiten su temor a que pueda pasarles factura en el resto de las comunidades autónomas a medida que el debate avance y el ambiente se caldee. Algo que no tardará mucho en pasar.

Los firmantes del acuerdo intentarán, con toda probabilidad, presentar una proposición en el Congreso para solicitar al Ejecutivo que transfiera a la Generalitat la competencia para convocar referendos a la vuelta de las vacaciones de invierno. Conforme a los plazos habituales, la propuesta podría llegar a pleno en primavera. E Izquierda Unida ya tiene clara cuál será su postura.

Desde hace casi una década, IU defiende oficialmente el «derecho a decidir de los pueblos», de modo que votará a favor. Y, sin embargo, como formación de izquierda clásica, se opone firmemente a la independencia. «Es una contradicción aparente que requiere explicación», admite un destacado dirigente. En su cabeza está lo vivido en el 2005 al calor del plan Ibarretxe. La coalición votó en contra de su tramitación en el Congreso, pero Ezker Batua había votado a favor en el Parlamento vasco y los diputados de Iniciativa per Catalunya se decantaron por la abstención.

Entonces, las discrepancias entre las distintas federaciones eran acusadas. Las dos más numerosas, Andalucía y Madrid, presionaron por el no, como Navarra, Asturias y Extremadura, entre otras. En el País Vasco, Baleares y la Comunidad Valenciana compartían en cambio las tesis de ICV. A la postre, la federación vasca, liderada por Javier Madrazo, casi desapareció del mapa político. En las autonómicas del 2009 perdió prácticamente la mitad de los votos que había cosechado en el 2005, cuando entró en el Ejecutivo vasco, y solo pudo conservar uno de sus tres escaños. «Además, aquello provocó la marcha de gente de peso intelectual», sostienen las citadas fuentes.

Antídoto contra la división

La coalición trabaja, en todo caso, en una idea que, pretende, pueda servirle de antídoto. El 24 de enero celebrará una conferencia política en la que definirá su modelo de Estado federal. Es una buena ocasión para marcar distancias respecto a los independentistas... y respecto a los socialistas que, también en su intento de resolver las contradicciones internas a las que los ha abocado la ola soberanista en Cataluña, abrazan por primera vez el federalismo, como siempre pidió el PSC, pero de manera poco definida.

IU tiene en cambio ese modelo en su cultura, aunque tampoco aún suficientemente dibujado. Al menos no tanto como, a su entender, exige el momento político.

El PSOE, que ve cómo la formación de Cayo Lara va ganando terreno entre su electorado potencial, no dudará en intentar sacar punta a las discrepancias que la consulta ideada por Mas generen entre las federaciones de IU. Exactamente como hacía el PP con Alfredo Pérez Rubalcaba hasta que el primer secretario de los socialistas catalanes, Pere Navarro, consolidó un cambio de estrategia y se desvinculó de la ofensiva soberanista con el aval del 80 % de su partido y la oposición de sus contados pero ruidosos críticos.