El caso Minutas enturbia la gestión de Del Nido al frente del Sevilla

Antonio Gutiérrez EFE

ESPAÑA

Los últimos doce años al frente del club de fútbol ha estado marcado por éxitos deportivos, económicos y sociales en esta centenaria institución

05 dic 2013 . Actualizado a las 17:47 h.

El fallo del Tribunal Supremo que condena a José María del Nido a siete años de cárcel, por el llamado caso Minutas -relativo a corrupción en Marbella- enturbia su duodécimo año al frente del Sevilla, en donde ha tenido un período marcado por éxitos deportivos, económicos y sociales en esta centenaria institución.

Del Nido cumplió en mayo de 2012 una década como presidente del Sevilla, pero ese período también se cerró con la peor campaña del equipo bajo su mandato, que en ese ejercicio no se clasificó para un torneo europeo tras ocho temporadas seguidas lográndolo y que coincidió ya con los problemas del dirigente con la justicia.

El abogado sevillano, que cumplió el pasado agosto 56 años, accedió al cargo la noche del 27 de mayo de 2002, al ser elegido por amplia mayoría en una junta general extraordinaria de accionistas.

Del Nido sucedió en el cargo a Roberto Alés, quien formalizó su dimisión por motivos personales a la conclusión de una temporada en la que el Sevilla quedó octavo clasificado en Primera con Joaquín Caparrós, técnico que en la campaña anterior habría logrado el ascenso del equipo hispalense a la máxima categoría.

El presidente sevillista, socio de la entidad desde su nacimiento y vinculado al club en diversos cometidos en el último cuarto de siglo, ya ocupó temporalmente el máximo cargo del Sevilla en agosto de 1995, tras dimitir Luis Cuervas por el descenso administrativo del equipo ha Segunda División B, lo que finalmente no sucedió, y ser él vicepresidente de aquel consejo de administración.

En su primera temporada completa al frente del Sevilla (2002-03), Del Nido mantuvo la línea de austeridad que había iniciado Roberto Alés debido a la grave situación económica por la que atravesaba la entidad, pero en lo deportivo se cerró el ejercicio con éxito en la décima posición de la tabla.

Fue a partir de la temporada 2003-04 cuando el dirigente tuvo que tomar la primera de las decisiones más importantes de su mandato, la de aceptar la millonaria oferta que el Arsenal londinense le hizo para contratar al delantero José Antonio Reyes, joven figura entonces de la plantilla sevillista.

En enero de 2004 Reyes se fue al equipo inglés y Del Nido recibió las primeras críticas, pero argumentó que el dinero recaudado serviría para hacer el club más grande.

Esa temporada el Sevilla, al ganar el último partido de Liga ante Osasuna, logró clasificarse para la Copa de la UEFA, con la que se reencontró el club nueve años después.

Desde entonces y hasta que se interrumpió en la campaña 2011-12, el equipo hispalense se había clasificado ocho años seguidos en competiciones continentales y había conseguido en ese período, además, seis títulos -dos copas de la UEFA, dos copas del Rey, una Supercopa de Europa y una Supercopa de España-.

Del Nido, que en diciembre de 2011 fue condenado a siete años y medio de cárcel como cooperador de un delito continuado de fraude en el llamado «caso Minutas», sentencia que recurrió ante el Tribunal Supremo, afirmó entonces que seguiría en su cargo «mientras que el fallo no sea firme» al argumentar que creía que era lo mejor para el Sevilla y que sacaría tiempo para afrontar todos los problemas que se plantearan.

La pasada temporada, por segundo ejercicio consecutivo, volvió a ser un fracaso deportivo al quedar otra vez el equipo en la novena posición de la Liga y fuera de los puestos europeos, aunque en esta ocasión las sanciones de la UEFA sobre el Málaga y el Rayo Vallecano hicieron que el Sevilla retomara, de rebote, en este curso su participación en torneos continentales.

El descenso del nivel deportivo en los últimos ejercicios ha motivado que Del Nido se haya visto obligado a vender a muchas de sus figuras para equilibrar los balances económicos y ellos ha motivado el malestar de parte de la afición acostumbrada en la pasada década a otras cosas.

No obstante, Del Nido sí es reconocido como uno de los presidentes más importantes de la historia sevillista al lograr que bajo su mandato el club se convirtiera en una empresa moderna en su gestión, saneada económicamente y con logros deportivos que no se recordaban desde mediados del pasado siglo, aunque la personalidad del presidente y su manera de dirigir esta institución crean ahora dudas con su inhabilitación.

Del Nido y su familia, unidos al grupo de accionistas que le ha apoyado desde el inicio, mantienen la mayoría del capital social y la continuidad está asegurada aunque la cabeza visible ya no tenga la personalidad de este abogado sevillano.

La Junta General de Accionistas fijada para mediados del próximo diciembre también deberá aclarar muchas cosas sobre la dirección y gestión del club hispalense.