Rubalcaba tiene una crisis de liderazgo, pero sus críticos más

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

La presidenta andaluza se convierte en uno de los referentes del partido

10 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Iba a ser la solución a todos los problemas, pero la conferencia del PSOE se cerró ayer en falso. Prácticamente todas las cuestiones de fondo que han llevado al partido a uno de los momentos de mayor debilidad y de menor unidad de su historia siguen abiertas. Las discrepancias permanecen, no hay acuerdo de fondo en casi nada y cada uno se mantiene en sus posiciones, sin renunciar a nada. Ni Rubalcaba ha desenredado el verdadero nudo gordiano, si aspira o no a repetir como candidato, ni sus críticos renuncian a plantearle batalla, soterrada o pública, para forzarlo a dar un paso atrás. El resultado ni siquiera puede calificarse de tregua temporal, porque hoy mismo volverá a hablarse de la necesidad de un cambio profundo que va mucho más allá de los textos que se han aprobado en en esta conferencia política.

Si una cosa ha quedado clara es que el PSOE cuenta desde ayer con un nuevo referente, que habla mucho más claro que los que se postulan como posibles sucesores de Rubalcaba. La andaluza Susana Díaz ha irrumpido con fuerza y sin complejos en un partido cuyo principal problema es precisamente la indefinición y la ambigüedad en torno a cuestiones fundamentales como el modelo territorial, el encaje de Cataluña en España y la falta absoluta de autocrítica. Mientras los vascos Patxi López y Eduardo Madina o la catalana Carme Chacón siguen agazapados en una posición tacticista y sin atreverse a plantear abiertamente sus propias propuestas, Díaz no solo dejó sentado ayer que defenderá la unidad de España y la solidaridad interterritorial al precio que sea, sino que en una breve intervención hizo el mayor reconocimiento de errores que se ha escuchado en el PSOE desde que en el 2011 cosechara el peor resultado de su historia.

La conferencia deja claro también que si Rubalcaba tiene una crisis de liderazgo, sus críticos en el partido la tienen todavía mayor, porque son incapaces de articular una alternativa creíble. Que Rubalcaba se salga con la suya y consiga cerrar esta conferencia sin un compromiso claro de celebrar unas primarias cuanto antes, evidencia que si no es la mejor cabeza del PSOE, como dice Felipe González, sí es, sin duda, el más listo de la clase.