El padre uno de los integrantes del grupo relata que les torturaron psicológicamente y les pusieron ruido de motosierra de fondo
09 oct 2013 . Actualizado a las 19:50 h.Fernando Lopategi, el padre del componente de Delorean Ekhi Lopetegi, ha relatado hoy, un día después de la liberación del grupo español tras haber sufrido un secuestro virtual en México, que tanto las familias como los músicos sufrieron 48 horas de terror real. A pesar de «las bromas de algunos en las redes sociales», ha recalcado, el pánico que vivieron las víctimas y sus familiares los dos últimos días no es virtual.
Lopategi ha explicado cómo los secuestradores les torturaron psicológicamente, poniendo ruido de motosierra de fondo y diciéndoles que iban a mandar a sus hijos hechos «trocitos». «No sabes en qué condición estás», ha reconocido el padre de Ekhi, «los miembros del grupo estaban amenazados permanentemente por los secuestradores» mientras sus familias les escuchaban a través de llamadas telefónicas que se sucedían «como, cada mucho -cuenta Lopategi- una hora y media».
«Los secuestradores se turnaban torturándonos constantemente para que oyésemos a través de las llamadas una motosierra -explica-. Te decían que te iban a mandar a tu hijo en trocitos». «El terror no es virtual y, si además la Policía es la que te saca a punta de metralleta de la habitación en la que estás secuestrado, de virtual no tiene nada», ha insistido Lopategi, que ha señalado que «hora y media o dos» después de la liberación volvió a recibir una llamada de los supuestos secuestradores para insultarle.
El familiar ha eludido ofrecer más detalles sobre lo ocurrido, ya que los hechos se encuentran, según ha indicado, bajo secreto de sumario. Ha pedido además que se deje «tranquilos» a los músicos porque «no queremos que nuestros hijos sigan bajo el síndrome del terror», al menos hasta que se sientan «con fuerzas» para retomar su actividad y reanudar la gira.
Finalmente, ha destacado la colaboración «extraordinaria» de la sección de la Policía Nacional especializada en secuestros y la de la Ertzaintza, que en este caso han sido «los grandes artífices» con la Interpol y la policía mexicana de la liberación, en la que también intervino el FBI.