El dueño del Faisán dice que el filtrador era un policía «chaparro, moreno y con acento extremeño»

Europa Press

ESPAÑA

Asegura que el etarra Cau iba «dos veces a la semana a por el vino», lo que los investigadores identifican con pagos de la extorsión

17 sep 2013 . Actualizado a las 22:27 h.

El propietario del bar Faisán, Joseba Elosua, ha asegurado en la Audiencia Nacional que pensó que la persona que le alertó de la existencia de una operación contra el aparato de extorsión de ETA era «policía» porque le dijo que iban a «retener y cachear» en la frontera al presunto enlace de la banda, José Antonio Cau Aldanur. «Me quedé completamente abobado. ¿Pero quién me llama y para qué me llama y cuál es el fundamento de la llamada, esto es una tomadura de pelo?», ha asegurado Elosua antes de añadir: «Me quedé completamente abobado, grogui... Lo único que hice fue volverme un poco 'tararí'».

En una declaración extremadamente confusa y dubitativa, Elosua, de 78 años, ha asegurado no recordar los detalles de la llamada del chivatazo que dio lugar al caso Fasián, aunque cuando el fiscal, Carlos Bautista, le ha preguntado si su comunicante le dijo «ya sabes cómo están las cosas, van a detener a Cau en la frontera», él ha contestado: «Eso es». El receptor de la filtración policial, que ha declarado como testigo en la segunda jornada de juicio que se sigue por este asunto, ha dicho que el hombre que le pasó el teléfono estaba tomando un café cuando entró al bar, «no sé si sería solo o cortado».

«Llevaba peluca, era bajo, de color de pelo negro, chaqueta negra y pantalón negro, de 45 a 50 años, chaparro, bajito, no llevaba gafas y tenía acento extremeño», ha descrito antes de revelar que, cuando le vio, pensó: «Éste no es'ertzaina tampoco».

Sin embargo, a preguntas del presidente del tribunal, Alfonso Guevara, el dueño del bar Faisán ha dicho que su forma de actuar era propia de la policía vasca. «Aquello era como un circo y yo dije 'es la Ertzaintza'». También ha admitido que pensó que podía ser «algún cachondo o algún inconsciente».

En otro momento del interrogatorio, Elosua ha señalado que aunque era «rarísimo» que él fuera a Bayona para ver a Cau pero ha dicho que en aquella ocasión lo hizo porque con la llamada le habían «embrollado». «Era mas habitual que Cau fuera al bar a verme porque éramos amigos. Venía todas las semanas al bar a por vinos, dos veces a la semana venia con un amigo de Burgos o un inspector de Aduanas», ha señalado.

A preguntas del fiscal, el dueño del Faisán ha admitido que su comunicante utilizó la expresión «ya sabes cómo están las cosas» pero ha asegurado no recordar que le hablara de la «situación política» o del proceso de paz con ETA. «De eso nada, yo no soy político. A mí qué me va a decir del proceso si a mí no me conoce de nada», ha declarado.

También se ha mostrado vacilante cuando se le ha preguntado si el autor del chivatazo le indicó que sabían lo de las «nueve botellas de vino», en referencia, según los investigadores, a una entrega de «nueve millones de pesetas». «Eso es un vino de La Rioja que le compré a un comercial X, que ya no me voy a acordar. De botellas he hablado muchos días por teléfono», ha apuntado Elosua.

De igual modo, ha reconocido que tras la llamada del chivatazo se fue a una lonja de su propiedad pero ha negado que fuera para deshacerse de sellos y cartas de extorsión de ETA, como sostienen las acusaciones. «Eso la prensa me ha metido a mí pero eso es mentira», se ha quejado, visiblemente enfadado. Antes de reunirse con Cau, Elosua ha admitido que le llamó pero ha asegurado que no para advertirle de que no cruzara la frontera sino para «saber si estaba en casa». Sin embargo, ha negado que fuera desde la cabina situada frente al bar porque, según ha dicho, «allí había moscones, inspectores de policía».

El testigo ha cambiado de respuesta cuando ha sido preguntado por el tiempo que pasó desde que llegó al Faisán y el momento en el que un hombre le entregó el teléfono con el que se produjo el chivatazo, crucial para determinar la llamada aproximada del soplo. «Dos o tres minutos... O cinco... O diez. Cuatro o cinco ponga», ha ido señalando. Sin embargo, en una declaración anterior apuntó que el lapso de tiempo que había pasado entre su llegada y el soplo fue «de entre 10 y 15 minutos» y en otra «de entre 15 y 20». Al término de la declaración, el presidente del tribunal, Alfonso Guevara, se ha felicitado por el final de la declaración de Elosua: «Que sea la última, si dios quiere», ha dicho.