Junqueras mantendrá su apoyo a CiU en el Gobierno catalán pese a las discrepancias sobre el proceso

C. R. Barcelona / Colpisa

ESPAÑA

07 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Artur Mas y Oriol Junqueras coincidieron ayer en Sant Vicenç dels Horts, localidad barcelonesa de la que Junqueras es alcalde, y trataron de lanzar un mensaje de unidad y de colaboración sin fisuras, a pesar de que las palabras del presidente catalán pronunciadas el día anterior -en las que ralentizaba el proceso soberanista- no sentaron nada bien en las filas republicanas. Junqueras evitó criticar a Mas y no hizo alusiones directas, aunque lo instó a «escuchar el clamor de la sociedad en el ámbito de la reivindicación nacional», justo cinco días antes de la Diada. El líder de Esquerra le advirtió además de manera soslayada de que la sociedad catalana «siempre ha encontrado la manera de hacerse escuchar».

Las dudas que han surgido en el seno de la formación independentista no parecen ser, pues, lo suficientemente graves como para poner en peligro el pacto que mantiene a Mas al frente de la Generalitat. Al menos, no de momento. Pero el terreno pantanoso en el que se mueve el también líder de CiU no le ahorró las críticas de la oposición.

La presidenta del PP de Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, lo acusó de «intentar contentar a todos al mismo tiempo» y de confundir para ganar tiempo sabedor de que el equilibrio entre la posición de Unió, que no respalda la radicalidad soberanista, y la de ERC es prácticamente imposible. «No le saldrá bien. Mas no está diciendo la verdad a nadie. Le exigimos que hable claro y no engañe», insistió.

Pere Navarro (PSC) también lo acusó de ambigüedad. Y le reprochó que, tras haber llevado al 2016 el horizonte de su consulta, matizara ayer sus palabras por estar ante Junqueras. «La persona que manda en Cataluña es Junqueras. Pedimos que Mas mantenga la rectificación. Nos gusta más el presidente del jueves que el del viernes», ironizó.