Ajeno a la polémica, Mas reunió ayer a altos cargos de su Gobierno para reclamarles el máximo de complicidad de cara al curso político que arranca y que estará marcado por la celebración, previsiblemente el año que viene, de una consulta sobre la autodeterminación. En una cita a puerta cerrada, rodeada de secretismo y vedada a la prensa, Mas quiso trasladar a los suyos un mensaje de tranquilidad.