La recuperación de Lapuerta abre nuevas incógnitas en el PP

mateo balín MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Bárcenas acusó a Lapuerta de conocer al dedillo la supuesta contabilidad B del PP.
Bárcenas acusó a Lapuerta de conocer al dedillo la supuesta contabilidad B del PP. benito ordóñez< / span>

El extesorero quiere declarar en el caso Bárcenas, pero antes se someterá a un examen forense

02 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Álvaro Lapuerta, guardián de la tesorería del PP entre 1993 y el 2008, se recupera satisfactoriamente de las dos «extrañas» caídas que sufrió en su domicilio en marzo y abril pasados y que lo tuvieron 14 días en coma inducido, según denunció su familia. La paulatina mejoría de su estado de salud, que el pasado 15 de julio le impidió declarar en la Audiencia Nacional, llega en plena vorágine del caso Bárcenas y la supuesta financiación irregular de su partido, por el que está imputado junto a su sucesor.

En la sede nacional de Génova cruzan los dedos para que el regreso de Lapuerta, de 85 años, no enrede más si cabe la madeja de un caso que ha abierto grietas en el partido del Gobierno. Por ello, vista su inesperada recuperación y su intención de declarar ante el juez cuando los médicos lo aprueben, no son pocos los mensajes afectuosos que le llegan ahora desde su partido de toda la vida. En público, en privado o ante el juez Pablo Ruz, instructor del caso, los principales dirigentes populares y otros políticos afectados por la marejada de la supuesta contabilidad en negro se afanan en presentar a Lapuerta como una persona honorable y «espejo de la legalidad», según declaró en sede judicial el vicesecretario general Javier Arenas, frente al «mentiroso y sinvergüenza» de Bárcenas.

La excepción de Pujalte

Es cierto que ha habido sonoras excepciones, como la del portavoz parlamentario de Economía Vicente Martínez Pujalte -«el señor Bárcenas o el señor Lapuerta tanto monta, monta tanto», dijo en una entrevista el pasado 19 de agosto-, pero, salvo este patinazo, por el que fue amonestado de inmediato y con severidad, en la cúpula popular no existe la más mínima intención de cargar contra su extesorero, «que vale más por lo que calla que por lo que sabe», comentan fuentes judiciales, ahora que su delfín Bárcenas ha comenzado a tirar de la manta y a incriminarlo desde su ingreso en prisión hace dos meses.

Todo ello pese al hecho irrefutable -no les quedaba otra- de que la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y sus antecesores Francisco Álvarez-Cascos y Javier Arenas declararon ante Ruz que Lapuerta y Bárcenas eran los responsables del control de las finanzas y de las donaciones en efectivo. «No tenían por qué informar a la secretaría general porque no había dependencia jerárquica», confesó De Cospedal.

Pero una cosa es la estrategia política que llevan desde Génova 13 con respecto al regreso de Lapuerta y otra, bien diferente, el devenir judicial que espera al histórico «guardián de las cuentas» del PP cuando se concrete su recuperación. Lo más inmediato llegará en los próximos días, cuando los forenses del Instituto de Medicina Legal visiten de nuevo al octogenario exdiputado para determinar si está recuperado para realizar una declaración judicial «compleja». Esto es, someterse al escrutinio del juez y el fiscal, acompañado de su nuevo abogado, Cristóbal Martell, y con la posibilidad de no responder a las preguntas de las acusaciones populares o de no decir la verdad. En una de sus escasas salidas de casa, Lapuerta comentó que acudirá a declarar. «Si me llaman sí que iría», dijo, antes de señalar que será entonces cuando se sepa si cambiará o no su versión. Una afirmación que dejó más interrogantes que certezas en la sede del PP.