Rajoy esgrime ante la UE que las elecciones legitiman su Gobierno

G. Novás / A. Torices REDACCIÓN / COLPISA, LA VOZ

ESPAÑA

Sáenz de Santamaría rechaza hablar de sustitutos porque «el presidente va a cumplir su mandato», y prolonga el suspense sobre la comparecencia

20 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Mariano Rajoy aún no ha dicho si comparecerá o no en el Congreso por el caso Bárcenas y sigue sin pronunciar el nombre del extesorero del PP, pero cuando puede deja su mensaje. Ayer el jefe del Ejecutivo lanzó uno nuevo aprovechando su presencia en Palma -y su distinguido auditorio- para inaugurar la cumbre que reúne a 17 ministros de Exteriores comunitarios que van a abordar las posibles reformas económicas y políticas que precisa Europa para superar la crisis. Rajoy, ante tan señalada representación de la UE, y con una ruidosa protesta a las puertas alusiva a «los chorizos del PP», quiso subrayar que es en las urnas donde los pueblos legitiman a sus gobernantes. Sin hacer referencia alguna al mal momento en la confianza ciudadana que atraviesan los políticos y las instituciones públicas en España, sí pareció querer responder al PSOE y su amenaza de moción de censura: «Todos sabemos que la democracia europea emana de la cultura democrática de los países que la integran, y es en las elecciones democráticas donde los pueblos legitiman a sus representantes para ejercer las responsabilidades de gobierno», recalcó para después desviarse en una advertencia contra el creciente euroescepticismo y ciertas manifestaciones de populismo.

Es que además el Gobierno sigue empeñado en mantener el suspense sobre si Rajoy aceptará comparecer en los próximos días en el Congreso para dar explicaciones sobre el caso Bárcenas y, con ese movimiento, evitar enfrentarse a la moción.

Horas antes, en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, la vicepresidenta dio una respuesta perfectamente ambigua al asegurar que el presidente «ha explicado, explica y va a explicar» cuantos asuntos «sean necesarios y oportunos a los ciudadanos», incluida la polémica desatada por la presunta financiación irregular del PP, pero también advirtió de que siempre lo hará desde dos premisas. En primer lugar, comparecerá «de la manera y en el momento que considere oportuno» y, en segundo, nunca lo hará «al servicio de la estrategia procesal de nadie ni de la estrategia política de otro», en evidente referencia a Bárcenas y Alfredo Pérez Rubalcaba.

No antes del miércoles 24

Soraya Sáenz de Santamaría eludió la respuesta directa al situar la solución al enigma en la diputación permanente del próximo miércoles 24 de julio, donde los grupos del Congreso debatirán y votarán las comparecencias de Rajoy demandas por la oposición y donde el PP podría desvelar la fórmula con la que el presidente está dispuesto a dar explicaciones sobre las revelaciones del extesorero en el pleno si es que, finalmente, decide hacerlo. Lo que sí rechazó la vicepresidenta fue contestar a la pregunta de si ella podría sustituir a un hipotético Rajoy que dimita: «El presidente del Gobierno va a cumplir su mandato. Y, como no hay necesidad de sustitución, aquí no vamos a hablar de sustitutos», zanjó.

El coro de voces que animan a Rajoy a acudir voluntariamente al Congreso se engrosó ayer con el lendakari Íñigo Urkullu, que animó al presidente a comparecer durante una conversación telefónica que ambos mantuvieron, y el expresidente Felipe González, que no duda de que debe dar cuanto antes una explicación «clara y definitiva».

Por su parte, Josep Antoni Duran i Lleida (líder de Unió) aseguró que observa «cierto fraude» en la moción de censura que el PSOE impulsa -por sus objetivos- y cree que debe evitarse con la comparecencia en el Congreso, por «obligación democrática», del presidente del Gobierno. En un artículo publicado en su blog, Duran también afirma que «huele mal» el papel que están jugando Esperanza Aguirre y José María Aznar con respecto a Rajoy en el marco del caso Bárcenas.