Justifica el relevo del amigo de Rajoy en el PP y se queja de que Bárcenas condicione la agenda política
19 jul 2013 . Actualizado a las 11:00 h.Señalado por Luis Bárcenas como el conseguidor del dinero negro que iba desde Galicia al partido en Madrid, Ángel Piñeiro, amigo personal de Rajoy y retirado hace ya diez años de la vida pública, no parece despertar muchas inquietudes en el actual presidente gallego.
Preguntado ayer sobre este asunto tras la reunión semanal del Consello de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo aseguró que el PPdeG, en su momento, decidió abrir una nueva etapa de renovación. «Houbo relevos en todolos niveis, e nese tamén, porque entendimos que era o que había que facer; non creo que sobre esa persoa eu teña ninguna información relevante ao respecto», respondió a preguntas de los medios. El presidente gallego tiraba así del mismo argumentario que ha enseñado cada vez que se le ha preguntado por otro personaje clave de aquellos tiempos, Pablo Crespo, ex secretario de Organización del PP hasta 1.999, y uno de los cerebros de la trama Gürtel. Sobre las revelaciones de Bárcenas que señalan a Ángel Piñeiro como el gran conseguidor de dinero desde Galicia, aunque en los papeles también aparece Xosé Cuíña, el jefe del Ejecutivo gallego ha puesto en duda la veracidad de los mismos. «Levamos catro versións e agora di que son seus, non sei como vai acabar no sumario», ironizó.
En su comparecencia semanal ante los medios en San Caetano, Feijoo advirtió que la legítima estrategia de defensa de una persona privada de libertad, en referencia a Bárcenas y sus abogados, no puede romper el normal funcionamiento de las instituciones ni condicionar la agenda política en un momento de compromisos de extraordinaria importancia en un contexto de grave crisis económica. «A xustiza debe de ocuparse da responsabilidade na que puido incurrir Bárcenas e unha vez que se pronuncie, e otorgue e quite razóns, haberá que ver cal é a responsabilidade do partido, é entón teremos que actuar en consecuencia», precisó Feijoo.
El líder de los populares gallegos se alineaba así con la línea oficial de defensa de su partido ante el caso Bárcenas, consistente en pedir que se pronuncie la Justicia y poner en duda la credibilidad del extesorero, sin que nada de lo ocurrido hasta ahora justifique la asunción de responsabilidades políticas en un contexto de enorme inestabilidad económica.