El amigo de Rajoy señalado por Bárcenas como conseguidor: «No voy a hablar»

M. Blanco / Gonzalo Bareño PONTEVEDRA, MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Ángel Piñeiro elude referirse al extesorero, cuyos papeles apuntan que la mayor parte del dinero negro que consiguió el PP en los años 90 llegó desde Galicia y gracias a él

18 jul 2013 . Actualizado a las 14:42 h.

Ángel Piñeiro, quien fue gerente del PPdeG, es la figura clave de toda la supuesta financiación ilegal del PP durante los años 90. La documentación aportada al juez por el extesorero Luis Bárcenas apunta que la inmensa mayoría de los ingresos con que se nutrió la caja B del partido en esa época procedía de Galicia. Piñeiro, según Bárcenas, aportó más de 112 millones de pesetas entre 1990 y 1995. En declaraciones ayer a La Voz, a través de fuentes próximas, Piñeiro dijo: «No voy a hablar, ni ahora, ni en el futuro». Lleva casi un decenio apartado de la vida política después de prácticamente toda una carrera ligada muy estrechamente a la de Mariano Rajoy. Compartían una gran amistad desde la época del bachillerato, lo que unió sus trayectorias personales.

El cuaderno entregado por Bárcenas arranca en 1990. En ese año, solo se recogen tres ingresos. Uno en efectivo a nombre de «Piñeiro» por cinco millones de pesetas, un talón de 10 millones bajo el epígrafe «Pepe C. (gal.)», supuestamente procedente de Galicia, y otro en metálico de «Paco». Al año siguiente, Piñeiro es ya el único que aporta dinero a la caja. En concreto, 39,74 millones de pesetas. En 1992 y 1993 se produce un salto importante y Piñeiro, que sigue siendo el único que entrega dinero, aporta ya 67 millones de pesetas en el primer año y 32 millones en el segundo, en sucesivas entregas.

A partir de 1994, Francisco Álvarez-Cascos pasa a figurar como recaudador, con una entrega de 10 millones de pesetas. Piñeiro aporta otros 15 millones en octubre de ese año y un tal «Ramón», que sigue sin identificar, otros siete. La contabilidad de este año, así como la de 1995 y 1996, no es manuscrita, sino elaborada con un ordenador.

Otros ingresos desde Galicia

En 1995, Bárcenas anota a nombre de «Ángel P.» un ingreso de 15 millones de pesetas en febrero; otro de cinco en abril; uno de ocho en mayo; otro de cuatro en junio y otro de cinco en noviembre. En mayo, por única vez aparece con su nombre completo. El apunte «Entrega Ángel Piñeiro» recoge una donación de cuatro millones. En total, ingresa 41 millones de pesetas. Aparte de él, solo Cascos aporta: cuatro millones.

A partir del año 1996, Piñeiro desaparece como el gran recaudador de los fondos en metálico con los que se nutre la caja B de los populares y Francisco Álvarez-Cascos hace todas las entregas desde ese año. Piñeiro desaparece, pero Galicia sigue nutriendo la caja. En 1997, ya con el PP en el Gobierno, aparece un apunte a nombre de «Galicia» de 1.992.200 pesetas. Como «Galicia (OC)», otros dos de tres millones cada uno. Y en 1998, «Galicia (OC)» aporta otros tres millones. En 1999 se registra un ingreso de 21 millones de pesetas a nombre de «P. Crespo», que no es otro que Pablo Crespo, entonces secretario de organización del PPdeG y luego mano derecha de Correa en Gürtel. Crespo ha reconocido esa entrega ante el juez. Según dijo, le dio el dinero en mano en Santiago al entonces tesorero Álvaro Lapuerta para devolver un préstamo electoral. En el 2000, ya con Crespo fuera del PPdeG, aparece una entrega de cinco millones de pesetas bajo el apunte «Copa Crespo». A partir de ahí, no aparecen más anotaciones relacionadas directamente con Galicia.

Hombre de confianza

Rajoy situó a Piñeiro como su hombre de confianza cuando el primero ocupaba cargos de responsabilidad en el PP de Pontevedra, en la Diputación y posteriormente en la Xunta. El hoy presidente del Gobierno colocó al profesor pontevedrés como gerente del PPdeG a principios de los noventa, con Fraga, Cuíña y Diz Guedes como hombres fuertes del aparato gallego.

Cuando Rajoy es nombrado ministro, reclama a Piñeiro para que lo acompañe en su aventura madrileña. Se encargaba entonces de la agenda gallega del ministro en los diferentes gabinetes que lideró, e incluso llegó a organizar algún año la cena del capón. La popular reunión que cada Navidad celebran los amigos íntimos del presidente en un hotel de Pontevedra.

Cuando el PP pierde las elecciones del 2004 y Rajoy deja de ser ministro, Piñeiro regresa a Galicia y ocupa tareas en el aparato del partido en Santiago. Empezó entonces su distanciamiento del líder popular, que se consumó cuando Feijoo y Rueda prescinden de sus servicios, alentados por una rama de los populares que consideraban a Piñeiro alguien muy vinculado a Rajoy. Quienes le conocen saben que aquel despido le sentó como un jarro de agua fría, toda vez que el hoy presidente no intercedió en favor del que fue su hombre de confianza.

Tras lustros en la trastienda del PP, Piñeiro retornó a su profesión de maestro. En la actualidad, y desde hace seis años, imparte docencia en la escuela de la cárcel pontevedresa de A Lama. Fuentes de su entorno sostienen que, aun siendo un gran conocedor de los entresijos del PP gallego y nacional, «jamás se iría de la lengua en ninguna circunstancia», marcando así distancias con el papel de Bárcenas en los últimos días. Estas fuentes aseguran que Piñeiro es alguien «leal y discreto», pese a que hace ya años que no mantiene relación con el actual presidente del Gobierno. En este sentido, aseguran que se limita a confesar entre sus más íntimos «su absoluta decepción con Mariano».