Rubalcaba intenta unir a toda la oposición para que Rajoy dimita

Ramón Gorriarán MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El PSOE considera posible forzar al presidente a abandonar el Gobierno, pero la diferencia de criterios entre partidos dificulta adoptar una estrategia común

16 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El líder del PSOE se ha embarcado en la tarea de unir a los cinco grupos parlamentarios de la oposición en una estrategia compartida para forzar la dimisión de Mariano Rajoy. Aunque los socialistas creen que hay «muchas posibilidades» de lograr la renuncia del presidente del Gobierno tras las confesiones y acusaciones de Luis Bárcenas, la tarea no es fácil por la disparidad de criterios sobre lo que hay que hacer en estos momentos como pudo constatar el líder de la oposición tras su primera ronda de contactos. Dimisión del presidente, dimisión del Gobierno en bloque, elecciones anticipadas, moción de censura, comparecencia del jefe del Ejecutivo en el Parlamento. El abanico de posibilidades es tan amplio como formaciones políticas se sientan en el Congreso, sin que se establezca por ahora un denominador común.

Rubalcaba, de todos modos, habló entre el domingo por la tarde y ayer con el líder de IU, Cayo Lara, y los portavoces de CiU, PNV y UPyD, Josep Antoni Duran i Lleida, Aitor Esteban y Rosa Díez, respectivamente. Les expuso la visión del PSOE sobre la situación de «bloqueo político» y la necesidad de que Rajoy dimita y sea sustituido al frente del Gobierno por otro miembro del PP. Los socialistas no son partidarios de un adelanto de comicios porque consideran que el PP, pese a todas las revelaciones del extesorero, está legitimado para gobernar tras su contundente triunfo en los comicios del 2011. El exministro Ramón Jáuregui fue muy claro al apuntar que «en este momento» a España «no le conviene que la crisis se convierta en un proceso electoral».

Un anticipo de las urnas sería un mal escenario para el PSOE porque sigue hundido en las encuestas, no rentabiliza el desgaste del PP y ve como IU y UPyD crecen sondeo a sondeo. De hecho, las últimas consultas publicadas por medios de comunicación dibujan un panorama político de muy difícil gobernabilidad, con un fuerte descenso de los populares, que de todos modos serían aún la primera fuerza, seguido de los socialistas, que incluso perderían alguno de sus 110 escaños, y un notable crecimiento de las formaciones lideradas por Lara y Díez. Un escenario que obligaría a alianzas inusuales en la política española porque los nacionalistas, los socios habituales de PP y PSOE, están estancados. Los socialistas son también reticentes a la moción de censura, aunque lo dicen en privado porque en público defienden que «todas» las fórmulas parlamentarias son válidas para forzar la dimisión de Rajoy.

Disolución del Parlamento

IU considera que la sustitución del presidente del Gobierno por otro miembro del PP es una respuesta insuficiente. Su postura es la de que Rajoy antes de dimitir debe redactar el decreto de disolución del Parlamento para que lo firme el rey junto a la convocatoria de elecciones. La coalición convocó ayer una reunión extraordinaria de su dirección para analizar la situación, calibrar la oferta de Rubalcaba y oficializar su propuesta.

UPyD, en cambio, es partidaria de la presentación de una moción de censura, pero no de que el PSOE lleve la iniciativa. Díez defendió que la propuesta lleve la firma de 35 diputados, la cifra que exige el reglamento, de todos los grupos que deberían ponerse de acuerdo con el candidato, que en ningún caso sería un miembro de su partido.

El líder socialista también conversó con los portavoces de CiU y PNV, los menos partidarios de actuaciones drásticas. Duran, hasta ahora, se ha limitado a pedir la comparecencia de Rajoy en el Congreso para dar explicaciones. Una idea con la que coinciden en buena medida los nacionalistas vascos. CiU, no obstante, introdujo una variante en su postura y se mostró dispuesto a secundar la moción de censura siempre que el programa alternativo de gobierno que se presente incluya la autorización a la consulta soberanista en Cataluña.