Aznar, un abuelo en plena forma y trotamundos

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El expresidente del Gobierno que amaga con volver se entrena todos los días, pasa entre el 60 y el 70 por ciento de su tiempo fuera de España, trabaja para empresas de alto nivel y obtiene unos ingresos anuales por encima de los 600.000 euros

02 jun 2013 . Actualizado a las 16:59 h.

Decidió no optar a la reelección como presidente del Gobierno en el 2004 cuando tenía solo 51 años. Han transcurrido nueve y José María Aznar ya es sesentón. Acaba de volver al primer plano con una incendiaria entrevista en la que hizo una enmienda a la totalidad de la gestión de Mariano Rajoy, al que en su día ungió con su dedo como sucesor. También amagó con volver, aunque casi nadie se lo cree. ¿Qué ha hecho durante todo este tiempo? ¿A qué se dedica ahora un joven abuelo casado con la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, con tres hijos y cinco nietos, que se encuentra en plena forma y con ganas de dar guerra?

Cuando salió de la Moncloa se propuso estudiar inglés, mejorar su forma y su aspecto físicos y ganar dinero, aprovechándose de su agenda y sus contactos internacionales. Se puso a ello con la determinación, el método, la capacidad de trabajo y la voluntad de hierro que lo caracterizan y ha tenido éxito en sus tres objetivos. Habla bien inglés, después de ser objeto de burla cuando lo balbuceaba con un acento lamentable, es un consumado atleta y obtiene pingües beneficios de sus múltiples actividades.

Un gran corredor

Aznar lleva un vida muy atareada. No perdona su entrenamiento diario, a base de carrera a buen ritmo y gimnasia. Es capaz de correr 10 kilómetros en 45 minutos. Viaja muchísimo, pasa entre el 60 y el 70 % de su tiempo fuera de España. En el 2012 estuvo 212 días en el extranjero y recorrió el equivalente a dar la vuelta al mundo diez veces. En lo que ha transcurrido de este ya lleva 80 días fuera y ha visitado 16 países.

Si volviera para, como dijo, cumplir con su responsabilidad, su conciencia, su partido y su país, perdería mucho dinero. Sus ingresos anuales superan los 600.000 euros. Preside la fundación FAES, el gran laboratorio de ideas del PP. Este trabajo, por el que no cobra, lo compagina con los de asesor y consejero de empresas de medios de comunicación, energía e inversiones, por los que recibe altas retribuciones. Aznar fichó en el 2006 como consejero de News Corporation, el gigante mediático de Rupert Murdoch, propietario entre otros medios de The Wall Street Journal, muy crítico con Rajoy, The Times o la cadena Fox. El magnate australiano le subió el sueldo el año pasado hasta los 198.112 euros, en efectivo y acciones, un 7,6 % más que el ejercicio anterior. En enero del 2011 Endesa lo contrató como asesor externo para potenciar su estrategia en América Latina, con una retribución estimada de unos 200.000 euros al año. También forma parte del consejo asesor internacional de la empresa minera canadiense Barrick Gold, la mayor productora de oro del mundo.

Hace unos días acumuló una nueva ocupación al fichar por DLA Piper, el mayor despacho de abogados del mundo, para asesorar sobre Iberoamérica. El bufete Piper Rudnick, que se fusionó con otros dos para formar DLA Piper, recibió del Gobierno español en el 2003 1,7 millones de euros para difundir la imagen de Aznar en Estados Unidos y lograr que se le concediera la medalla de oro del Congreso estadounidense, que finalmente no se le otorgó.

Sus ingresos se completan con las conferencias que imparte en diferentes universidades y foros mundiales, por las que obtiene cada vez entre una media de 27.000 euros, gastos aparte. Su empresa familiar, Famaztella (acrónimo de la familia Aznar Botella) explota los derechos de propiedad intelectual de ambos en todas sus manifestaciones, como libros, discursos o conferencias. Desde su creación, ha ganado más de dos millones de euros, con la cifra récord de 445.417 en el 2009. La editorial Planeta le firmó un contrato para escribir tres libros por 600.000 euros más los beneficios por ventas.

Entrenamiento de atleta

También es profesor en la Universidad Johns Hopkins, miembro del comité asesor internacional del Consejo Atlántico de Estados Unidos, una asociación privada que se encarga de promover el liderazgo en política exterior, y presidente del consejo asesor del Global Adaptation Institute, una institución privada puesta en marcha en el 2010 para buscar soluciones eficaces al cambio climático. Desde que dejó la presidencia ha tenido otras ocupaciones. Estuvo 15 meses como miembro el Consejo de Estado, entre el 2005 y el 2006, pero tuvo que irse por ser incompatible con su cargo en la multinacional de Murdoch. También integró el consejo asesor del fondo británico de capital de riesgo Centaurus Capital, entre el 2007 y el 2009.

Como expresidente percibe, además, 70.000 euros anuales, una retribución que ha causado una gran polémica porque tanto él como Felipe González y, en menor medida, José Luis Rodríguez Zapatero, tienen ya unos ingresos más que suficientes. Si volviera a la Moncloa se tendría que conformar con el sueldo establecido de 74.912 euros brutos. Lo que cobra Rajoy.

Aznar está en una gran forma física. Enjuto, fuerte, fibroso, sin un ápice de grasa. El pádel ha dejado paso a un entrenamiento más propio de un atleta que va a competir que de un hombre de 60 años. Todos los días corre unos 10 kilómetros en la ciudad del mundo donde se encuentre y hace entre 800 y 1.000 abdominales. Su ya famosa tableta de chocolate atestigua lo que se ha machacado durante estos años.

Su entrenador, Bernardino Lombao, lucense de Ribas de Sil, de 75 años, no disimula su entusiasmo por lo conseguido con su pupilo, del que dice «está hecho una bestia, tiene la resistencia de un atleta olímpico» o «está más cachas que Schwarzenegger». Asegura que cuando empezó a entrenarlo hace 15 años solo aguantaba diez minutos corriendo y ahora ni él ni sus escoltas pueden seguirle el paso.

Meteduras de pata

A lo largo de todo este tiempo Aznar ha dado a veces la nota. No se ha resignado a pasar a un segundo plano como hicieron sus admirados Margaret Thatcher y Ronald Reagan. Actuaciones como su peineta a los estudiantes que lo insultaban y declaraciones poco afortunadas, como cuando dijo que «las copas de vino que yo tengo que beber, déjame que las beba tranquilamente», en referencia al endurecimiento de las sanciones de tráfico, no son dignas de un expresidente. Pero lo que más se le ha reprochado es que criticara duramente a Zapatero en el extranjero o, ahora, sus invectivas contra Rajoy, que muchos tachan de desleales.

Su estado de ánimo actual se ha visto alterado. Está más que enfadado por las revelaciones de los casos Gürtel -la red corrupta que se gestó y creció bajo su mandato- y Bárcenas, que han puesto sobre la mesa el pago de sobresueldos, de dinero en sobres y el regalo de 32.000 euros de Francisco Correa a su yerno, Alejandro Agag. Se queja de que Rajoy no lo ha defendido ni tampoco a su esposa tras la muerte de las cinco jóvenes en el Madrid Arena. Un Aznar enfurecido es mal enemigo.