El PPdeG de Feijoo se enroca en que eran otros tiempos y esgrime una «tranquilidad 100 %»

M. Ch. SANTIAGO / LA VOZ

ESPAÑA

01 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Por aquel entonces, él no estaba. De hecho, ni siquiera pasaba por allí. El contenido del auto emitido ayer por el juez Ruz permite al líder del PPdeG mantener, al menos por el momento, la estrategia de contención que lleva meses aplicando ante los escándalos de corrupción que salpican a los populares. Pese a su contundencia, nada cambia esta nueva decisión del magistrado. Mismo guion: a finales de los noventa, el aparato de los conservadores en Galicia lo manejaban el ya procesado Pablo Crespo, como responsable de organización y acción electoral, y un par de personas posteriormente fallecidas: Manuel Fraga, en tanto que presidente, y Xosé Cuíña, su secretario xeral. Ni Alberto Núñez Feijoo, quien hasta el 2002 no se afilió a los de la gaviota, ni su mano derecha, Alfonso Rueda, que ascendió a número dos de la formación al tiempo que el de Os Peares accedía a la cúspide del organigrama, en enero del 2006.

A diferencia de lo sucedido en el caso de sedes regionales como las de La Rioja y Cantabria, donde Ruz solicita al PP datos relativos al 2008, de la gallega al juez le interesan solamente las cifras económicas del 97 al 99, de la oscura etapa Crespo. Aduciendo ignorancia, la cúpula actual del partido no pone la mano en el fuego por lo ocurrido en aquella época, remite a Génova para dar cuenta de unos documentos que «desde hace mucho obran en su poder», promete colaboración «total» y esgrime «tranquilidad 100 %» ante una hipotética investigación de la contabilidad de ahora.