Urdangarin intentó ser comisionista en México al amparo de la Casa Real

Melchor Saiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Según nuevos documentos aportados por el abogado del exsocio del duque, este llegó a usar información confidencial de la agenda oficial del monarca

24 abr 2013 . Actualizado a las 16:52 h.

Diego Torres vuelve a la carga con nuevos documentos contra su exsocio Iñaki Urdangarin. Pero esta vez no son los habituales correos, sino documentos confidenciales.

Los papeles de Torres apuntan a que, una vez que Urdangarin dejó Nóos y la fundación de niños discapacitados, decidió en el 2008 convertirse en comisionista en México. Y que lo hizo usando el nombre del rey y las óptimas relaciones de la Casa Real y del propio don Juan Carlos con el entonces presidente de aquel país Felipe Calderón y la visita oficial de este a Madrid en ese año. Todo ello, mientras recibía cerca de un millón de euros de sueldo anual por su trabajo como consejero de Telefónica.

El letrado de Torres, Manuel González Peeters, explicó que presenta estos documentos ante el juzgado de Palma para probar que Urdangarin, a pesar de los avisos de la Zarzuela, nunca dejó los negocios privados, incluso cuando ya nada tenía que ver con Torres. Según se deduce de la documentación aportada, el yerno del rey quiso convertirse en una suerte de conseguidor de negocios para empresarios españoles a principios del 2008, cuando dejó España tras su paso por Nóos y la fundación Cultura, Deporte e Integración Social.

El gran cliente de Urdangarin para la aventura mexicana fue Eugenio Calabuig, el responsable de Aguas de Valencia, quien ya consta en el sumario que pagó al duque 125.000 euros en una cuenta de Suiza por investigar posibilidades de inversión en Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda, Bélgica y Alemania.

Al margen de estas prospecciones, prometió a Calabuig abrirle negocios en los sectores de «agua pública, desarrollos turísticos y energía eólica» en México. El documento más comprometedor para el duque es un memorándum titulado Oportunidades de negocio en México. Informe de resultados de las primeras gestiones realizadas por don Iñaki Urdangarin, dosier que redactó en marzo del 2007 y remitió a Calabuig. En ese escrito, el duque no se anda con rodeos y plantea que la vía directa para abrirse camino en el país norteamericano es don Juan Carlos. «Según nuestros colaboradores -detalla-, los grandes proyectos de agua pública, desarrollos turísticos y energía eólica en México se mueven principalmente a nivel federal y, por tanto, la puerta es el mismo presidente, Felipe Calderón, con quien la Casa Real tiene muy buenas relaciones desde su visita a España».

La infanta, de nuevo

Urdangarin, además, da a su cliente información privilegiada de la agenda de la Casa Real: «Está previsto un nuevo encuentro con él [con Calderón] en pocos meses en Zarzuela». Estaba perfectamente informado. El 11 de junio del 2008, el presidente de México y su mujer visitaron a los reyes. En aquel encuentro, como se encarga de recordar Peeters con abundante material gráfico, participaron Urdangarin y la infanta Cristina, contra quien, una vez más, el letrado de Torres carga las tintas.

Entre la documentación que el letrado entregó ayer al juzgado hay un segundo texto también delicado para el principal imputado del caso Nóos. Se trata de un informe de Neocity, una consultora mexicana de análisis financieros y lobby, fechado el 26 de febrero del 2008. Ese documento está firmado por la directora de esa entidad, Alicia Guajardo y remitido al propio Urdangarin como «consejero de Telefónica Internacional».

En el escrito, pasa todo tipo de información confidencial, incluida una larga lista de direcciones, nombres y cargos influyentes, al yerno del rey para tener los contactos para empezar a convertirse en comisionista en México. Las recomendaciones de Guajardo son claras: «En los grandes proyectos interviene el Gobierno federal, al menos con una tercera parte del presupuesto de la obra. En este sentido, te comunico que es de suma importancia que si están interesados en México, la puerta sería el mismo presidente de México». Menos de cuatro meses después, Urdangarin se vio con Calderón en Madrid.