Feijoo admite el «erro» de las fotos con Dorado e intenta pasar página

d. sampedro / M. cheda SANTIAGO / LA VOZ

ESPAÑA

Feijoo, aplaudido por los conselleiros y diputados populares tras su comparecencia de ayer.
Feijoo, aplaudido por los conselleiros y diputados populares tras su comparecencia de ayer. xoán a. soler< / span>

Revela que varios Gobiernos de la Xunta firmaron contratos con las empresas del narco, y la oposición le exige en tromba su dimisión en una bronca sesión parlamentaria

11 abr 2013 . Actualizado a las 14:54 h.

Admitiendo su «imprudencia sen matices», y utilizando un tono incisivo frente a sus oponentes, Alberto Núñez Feijoo compareció ayer ante el Parlamento para dar explicaciones sobre las fotos de 1995 que lo vinculan al narco Marcial Dorado. «Foi un erro e lamento telo producido», admitió el presidente gallego, que intenta pasar la página de este episodio, al asegurar que sus palabras «frustrarán a infamia». PSdeG, AGE y BNG no mostraron vocación alguna de facilitarle la labor, pues pidieron al unísono su dimisión.

Como hiciera hace diez días, cuando se explicó ante los periodistas, Feijoo le restó valor a las fotos, al enmarcarlas en el contexto de hace dos décadas: «Nin eu era presidente nin el era narcotraficante», aclaró. Pero aun así admitió su equivocación y entonó palabras de perdón: «Se algún galego considera que preciso desculparme, tamén o fago».

Y una vez dicho eso, el dirigente popular pasó a erigir las defensas con las que intentó desmontar las «insinuacións» y la «difamación». Reveló que hasta tres expresidente autonómicos del PSOE y un excandidato socialista a la Xunta le expresaron su «vergoña» por el acoso al que fue sometido desde el PSdeG y el resto de la oposición, y empleó a modo de cortafuegos el testimonio del juez que procesó a Dorado en el 2003, Vázquez Taín, quien dijo no apreciar indicios de delito de Feijoo en los pinchazos telefónicos al narcotraficante producidos entre el 2001 y el 2003.

En su defensa, el mandatario autonómico recordó las relaciones del BNG con delincuentes de Batasuna, las del PSOE o IU con el caso de los causantes del fraude de los ERE de Andalucía y se equiparó con Felipe González, diciendo que el expresidente tampoco podía «poñer a man no lume» por Pablo Escobar, el narco colombiano con el que se retrató un año antes de que fuera procesado.

Y a modo de colofón, Feijoo subrayó que «xamais asinei, nin licitei, nin contratei nada» con las empresas de Dorado, aunque dijo que desde la Xunta sí se le había ayudado. ¿Pero quién? Aunque el jefe del Ejecutivo dejó la respuesta en una especie de nebulosa, avanzó que la etapa en la que más dinero público captó el narco fue en la legislatura del bipartido del PSOE y BNG, entre el 2005 y el 2009. «Vostedes sabían quen era Marcial Dorado -remarcó el Feijoo en su primera réplica- e déronlle máis axuda que ninguén», si bien no llegó a concretar las cifras. Después el Gobierno gallego rechazó aportar más datos.

Irritación de la oposición

La referencias a la oposición irritaron de forma especial a la bancada de la izquierda. «Isto é un corral, unha podremia», vociferó Beiras desde su escaño, en línea con el enfado mostrado por otros diputados, algunos puestos en pie. Desde el grupo del PP también convirtieron el pataleo en un gesto de reprobación cada vez que escuchaban algo que les desagradaba, provocando que Pilar Rojo, a la que a punto estuvo de írsele la sesión de las manos, tuviera que emplearse a fondo con las llamadas al orden.

Todavía siguió Feijoo tirando el hilo desvelando reuniones privadas en su despacho, mantenidas con el exdirigente del BNG Anxo Quintana, y con el propio Pachi Vázquez cuando estalló el caso Campeón. Según Feijoo, el líder del PSdeG le pidió «que non seguira con ese asunto», que salpicaba al exministro José Blanco, y a cambio también Vázquez miraría para otro lado.

Dicha reunión, en cambio, fue desmentida por el propio Vázquez, asegurando que nunca se había celebrado.

Acusó a Pachi Vázquez de haberle pedido que se olvidara del caso Campeón