Urdangarin se muda a Catar, un paraíso de lujo y colegas vip

Ignacio Encabo DPA

ESPAÑA

El duque acepta una oferta para acompañar a Valero Rivera al frente de la selección de balonmano. El autoritario y rico emirato apuesta muchas de sus fichas al deporte

09 abr 2013 . Actualizado a las 00:35 h.

En caso de se confirme el fichaje de Iñaki Urdangarin como parte del cuerpo técnico de la selección de balonmano de Catar, el exjugador y yerno del rey de España encontrará un país que tiene sus petrodólares al servicio del deporte.

Urdangarin cambiará en breve España, donde está imputado en un caso de corrupción que hace temblar los cimientos de la monarquía, por Catar, país que no deja de engordar su lista de inmigrantes deportivos vip.

Pocos aficionados al balonmano conocerán a algún jugador catarí, pero el pequeño, autoritario, emergente y tremendamente rico emirato árabe apuesta muchas de sus fichas al deporte: organizará el Mundial de fútbol 2022 -bajo sospecha de haber comprado la votación-, el de balonmano 2015 y sueña con albergar algún día los Juegos Olímpicos.

Casado con la infanta Cristina de Borbón -también imputada en el caso Noos-, Urdangarin se convertiría en la última cara del deporte internacional que aterrice en Doha, una ciudad en constante transformación gracias al dinero que proporcionan las enormes reservas de gas y petróleo: rascacielos al estilo Nueva York, numerosos hoteles de lujo, estadios ultramodernos y carreteras con farolas a cada paso que atraviesan el desierto.

El futbolista Raúl González fichó por el Al Sadd cuando salió del Real Madrid y se convirtió junto con el ahora entrenador Pep Guardiola en embajadores del fútbol en Catar, donde pasa gran parte del año el también ex madridista Míchel Salgado, uno de los comentaristas estrella de Al Jazeera Sport, una cadena que al igual que el país está en completa ebullición.

A Urdangarin, que llegaría a Catar de la mano de su antiguo entrenador y amigo Valero Rivera, aún seleccionador español pero a punto de emigrar al emirato, no le faltará trabajo en Doha.

La selección Catarí fue la tercera más goleada en el último Mundial, celebrado en España, y sólo ganó un partido. Sin embargo, la falta de talento y de tradición se compensará con lujosos medios para exprimir las habilidades de los jugadores.

Símbolo de esa opulencia es la Aspire Zone, una «ciudad» con hotel, centro comercial y todas las facilidades deportivas en la que Raúl tiene un despacho como miembro de la academia de jóvenes valores.

Aunque es un país regido por la Sharia y el emir Hamad bin Khalifa Al Thani concentra en su persona todo el poder, Catar presume de ser uno de los estados más aperturisas del mundo árabe tanto en la política como en la moral. En cualquier caso, con competiciones de motociclismo, tenis, golf, fútbol o balonmano en el calendario, un aficionado al deporte como Urdangarin no se aburrirá en el pequeño Catar.