El exconsejero de Sanidad de Madrid Manuel Lamela gestiona el hospital que adjudicó con una concesión millonaria

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

Pertenece al consejo de la empresa Assignia Infraestructuras, que tiene una concesión de la comunidad de Madrid por 270 millones de euros

02 abr 2013 . Actualizado a las 15:50 h.

El exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid Manuel Lamela dejó de formar parte de los Gobiernos de Esperanza Aguirre en el año 2008. Ahora pertenece al consejo de una empresa llamada Assignia Infraestructuras, que gestiona todos los servicios privatizados (todos excepto los médicos) del hospital de Aranjuez (también llamado Hospital del Tajo).

Este centro fue creado en la etapa en la que Lamela dirigió la sanidad madrileña, según informa la Cadena Ser.

Durante el polémico mandato de Lamela se adjudicó a un consorcio liderado por la empresa Hispánica la construcción y mantenimiento de un complejo -el hospital de Aranjuez- que entró en funcionamiento en el año 2008. También la gestión de todas las áreas no asistenciales. A cambio recibiría 9 millones de euros durante 30 años (270 milllones).

El dueño de Hispánica, imputado en la trama Gürtel, vendió en el 2010 su empresa y la concesión al grupo Essentium, que rebautizó Hispánica con el nombre Assignia. Y fichó a Lamela. El hospital será privatizado por completo en los próximos meses. No será el único. Ni el último.

El escándalo Güemes

No es la primera vez que un exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid -abanderada de la privatización de un sector fundamental de los servicios sociales- provoca un escándalo tras pasar al sector privado y ejercer responsabilidades en empresas beneficiadas por las externalizaciones que ejecutaron mientras estaban en el poder.

Juan José Güemes (marido de la controvertida diputada del PP Andrea Fabra) fue el sucesor de Lamela. Durante su etapa como consejero en la Comunidad de Madrid fue aprobada y adjudicada la privatización del servicio público de análisis clínicos. Güemes dejó la política para -oficialmente- dar clases en el Instituto de Empresa. Y fue fichado por la multinacional suiza Unilabs, que poco después compró la empresa que había obtenido la adjudicación del servicio. Ante el escándalo desatado, Güemes decidió renunciar.