Urdangarin proyectaba levantar 5.800 viviendas en la Albufera

Melchor Saiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Trató de engañar a la Generalitat valenciana para su gran negocio urbanístico y dijo al Gobierno de Camps que solo edificaría un puerto y un campo de golf

25 mar 2013 . Actualizado a las 10:42 h.

Solo dos meses después de la orden dada por la Zarzuela para que abandonara el Instituto Nóos y sus dudosas actividades empresariales, Iñaki Urdangarin trató de desembarcar en el negocio inmobiliario, pero a una escala descomunal. El duque de Palma no tuvo reparos en falsear información para tratar de conseguir el que podría haber sido uno de los mayores pelotazos urbanísticos de los últimos tiempos en el Levante español con miles de millones de euros de por medio.

El yerno del rey, en junio del año 2006 y como representante de Nóos, intentó engañar a la Generalitat valenciana para construir tres gigantescas urbanizaciones en dos espacios protegidos de la comunidad autónoma: el Parque Natural de la Albufera y el Parque Fluvial del Turia. El interrogatorio judicial llevado a cabo el pasado martes por el instructor José Castro al entonces consejero de Territorio y Vivienda, el ahora diputado y vicesecretario general de estudios y programas del PP, Esteban González Pons, ha dejado al descubierto el intento de escamoteo por parte de Urdangarin.

Según su declaración ante el juez encargado del proceloso sumario Nóos, confirmada después por diversas fuentes cercanas al caso, González Pons aseguró haber frenado en seco la ensoñación urbanística de Urdangarin, pero ni siquiera el entonces consejero del equipo de Francisco Camps llegó a imaginar lo que tramaba el exdeportista porque el dirigente de Nóos ocultó el verdadero alcance de su proyecto, que pasaba por urbanizar buena parte de las joyas ecológicas localizadas al sur de Valencia.

De parte de Rafael Blasco

Todo ocurrió el 7 de junio del 2006. González Pons había tomado posesión como consejero de la Generalitat solo una semana antes. En su agenda, encontró anotada una cita con Urdangarin cerrada por su antecesor en el cargo y ahora imputado en una causa -el denominado caso Cooperación- de subvenciones irregulares de la Administración regional a programas de ayuda humanitaria al tercer mundo, Rafael Blasco. Junto al duque de Palma se presentó en la reunión el polémico constructor Enrique Bañuelos, gran protagonista del escándalo de la inmobiliaria Astroc y que se ha embarcado recientemente en la creación de varios parques temáticos en Tarragona -una especie de respuesta de Artur Mas al no menos polémico complejo de casinos Eurovegas que promueve el oscuro magnate estadounidense Sheldon Adelson-. Iñaki Urdangarin no se anduvo con rodeos y propuso a González Pons directamente la «desprotección» de la Albufera y la «recalificación» de parte del suelo de esta joya ecológica para que fuera urbanizable.

A cambio, el presidente del Instituto Nóos -se presentó como tal a pesar de que sobre el papel había abandonado el cargo- proponía la limpieza del humedal. En ese encuentro, Urdangarin, según consta en las actas judiciales, solamente habló de construir un puerto deportivo para albergar los proyectados, y luego fallidos, Juegos Europeos del Mediterráneo y un campo de golf.

La reunión apenas duró cinco minutos. Esteban González Pons rechazó siquiera plantearse la recalificación de la Albufera o eliminar las figuras de protección que salvaguardan dicho espacio. Argumentó que era imposible limpiar la zona porque la gran concentración de plomo -proveniente de perdigones de caza- hacía no recomendable remover tierras. Y recordó al duque de Palma que ya había un campo de golf en la zona, el que tiene el parador de El Saler, y que también existía ya un puerto deportivo.

365.000 metros cuadrados

El consejero emplazó a ambos a una nueva reunión para estudiar exclusivamente la posibilidad de crear un segundo puerto, pero siempre que Valencia consiguiera hacerse con la organización de unos Juegos Europeos. El encuentro no terminó de forma excesivamente cordial por la negativa tajante e inamovible del Gobierno de la Generalitat a urbanizar un solo metro cuadrado de la Albufera, y eso que Urdangarin ocultó en esa reunión las claves y las dimensiones reales de su faraónico programa, que era muchísimo más ambicioso que un puerto y un campo de golf.

Según la documentación remitida al juez instructor José Castro, Nóos y la denominada Fundación Metrópoli, relacionada con el propio Bañuelos, querían en la práctica edificar viviendas y comercios en una superficie de 365.000 metros cuadrados, o lo que es lo mismo el equivalente a 36 campos de fútbol. El proyecto de Urdangarin era construir tres miniciudades con 5.800 pisos en pleno parque y al calor de su ensoñación olímpica mediterránea.