El peor momento de Rubalcaba

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Rubalcaba se negó a retocar su equipo directivo tras los errores cometidos en Ponferrada.
Rubalcaba se negó a retocar su equipo directivo tras los errores cometidos en Ponferrada. BENITO ORDOÑEZ< / span>

Con su autoridad y liderazgo cada vez más en entredicho, los barones socialistas cuestionan el acuerdo para retrasar las primarias hasta el 2014

17 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Su autoridad y su liderazgo están cada vez más en entredicho. Ninguneado por el PSC, desafiado por los socialistas gallegos, tocado por el pacto de Ponferrada, cuestionado dentro del partido, criticado por las bases y vapuleado en el Congreso por un Mariano Rajoy en sus horas más bajas, Alfredo Pérez Rubalcaba vive sus peores momentos desde que fue elegido secretario general en Sevilla hace poco más de un año.

Ni tres meses ha durado la aparente paz interna en el PSOE. La situación del líder socialista es tan débil que muchos de los barones que el pasado 15 de diciembre dieron su visto bueno en el Consejo Territorial a aparcar las primarias hasta después de las elecciones europeas del 2014 ya cuestionan esa hoja de ruta. El plan, ratificado el 12 de enero por el Comité Federal, suponía de hecho blindar el liderazgo de Rubalcaba para dar estabilidad al proyecto. El 2013 se iba a dedicar a construir la alternativa con una redefinición ideológica que culminaría en una gran conferencia política en octubre.

Pero en muy poco tiempo los acontecimientos se han precipitado: el fracaso rotundo en el debate sobre el estado de la nación, el desafío de Pere Navarro, el órdago del PSdeG, la metedura de pata de Ponferrada. Ahora hay dirigentes territoriales de peso que quieren que se adelanten las primarias, incluso quienes prefieren un congreso extraordinario con la consiguiente dimisión de Rubalcaba y los que se conforman con cambios de calado en la Ejecutiva.

Aunque debilitada, Carme Chacón continúa al acecho y su desmarque del PSC muestra que su aspiración sigue siendo ser la candidata que se enfrente a Rajoy en el 2015. Patxi López también se mueve por cuenta propia, en lo que se percibe como un distanciamiento de Rubalcaba. Este es un líder que se aferra al puesto, pero al que José Antonio Griñán, el hombre fuerte del partido, mantiene con respiración asistida. La cuestión es hasta cuando lo seguirá haciendo y si el secretario general podrá aguantar hasta las primarias. Ante este panorama, Rubalcaba juega la carta de resistir, mantiene su calendario, se niega a retocar su equipo, a pesar de que Óscar López está quemado, espera a que escampe y que el terrible desgaste de Rajoy le haga acercarse en las encuestas. Cuenta con la ventaja de que no hay una alternativa clara para sustituirlo.

Pero su situación es agónica. La fuerte apuesta que hizo por reformar la Constitución para dar encaje a Cataluña ha sido dinamitada por Navarro, que se ha puesto a la cabeza del frente catalanista que defiende el derecho a decidir. El calendario que le despejaba el camino al menos un año y medio puede ser papel mojado.