Destinaron a fines sociales solo 9.800 de los más de 620.000 euros que recibieron en donaciones públicas y de empresas; el resto se lo embolsaron el duque y sus socios
01 mar 2013 . Actualizado a las 15:45 h.En teoría era la fundación con la que Iñaki Urdangarin debía lavar su imagen. En teoría el duque había dejado los negocios privados en el 2006 por orden de Zarzuela para dedicarse, esta vez sí, a la filantropía. En teoría la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (FDCIS, que había ayudado a crear el conde de Fontao, el asesor del rey) iba a servir para intentar que los niños discapacitados y excluidos tuvieran una vida mejor gracias al deporte. Pero la teoría se quedó a años luz de la realidad.
Los movimientos de la cuenta central de FDCIS revelan que Urdangarin y sus socios, los que hasta entonces habían integrado Nóos, siguieron haciendo lo mismo que hacían en el instituto disuelto por orden de la Casa Real: quedarse con el dinero. Con el agravante de que en la nueva fundación casi todo eran donaciones para los niños. De los 621.528 euros que recibieron en ese concepto entre el 2007 y el 2009 solo destinaron a fines sociales o a la ayuda de asociaciones relacionadas con la integración el 1,5%. La cuenta de La Caixa en la que Urdangarin y la familia de Diego Torres centralizaron los pagos refleja un total de 214 salidas de dinero entre junio del 2006 y noviembre del 2011 y solo siete fueron a fines sociales. En total, en cinco años y medio la fundación solo entregó a organizaciones sociales 9.800 euros.
Y ni siquiera eso fue a parar siempre para los niños. Solo consta una donación de 800 euros para la revista de la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer. Otros beneficiarios son la Asociación de Federaciones Americanas en Cataluña y, sobre todo, la orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
La mayoría de los conceptos en los que Urdangarin y sus socios se gastaron el dinero de la fundación sigue siendo una incógnita. Hay casi 54.000 euros en cheques de procedencia desconocida, más de 5.600 euros en tarjetas de crédito y más de 120.000 euros en recibos de empresas o privados cuyo origen es igualmente ignoto, pero que los investigadores sospechan que se trata de facturas giradas contra sociedades controladas por Urdangarin y Torres o personas interpuestas, como ya hicieron antes en el Instituto Nóos.
Otros beneficiarios sí constan con nombre. Mario Sorribas, apoderado de Urdangarin en Aizoon y testaferro de De Goes, que luego sirvió para desviar dinero a paraísos fiscales, recibía una cantidad mensual que llegó a superar los 3.000 euros. La empresa de la mujer de Torres, Ana María Tejeiro, Octium, se hizo con otros casi 15.000, etcétera. Tejeiro y su marido constan en diversas transferencias nominales. También el cuñado de Torres, Marco Antonio, se quedó con casi 19.000. En el sumario, sin embargo, no hay apuntes que justifiquen las transferencias.
La sociedad Madrid 2016
La cuenta de La Caixa, en su apartado de abonos, confirma que la sociedad municipal Madrid 2016, que promocionaba la candidatura olímpica, fue la principal donante. Esos asientos revelan que fueron 138.000 euros (y no 120.000) los que pagó en donaciones la empresa del Ayuntamiento que dirigía Alberto Ruiz Gallardón.
No hay más donantes públicos pero sí importantes empresas: Volvo Car, en tres entregas diferentes, ingresó 112.000 euros, Repsol entregó 50.000, la SGAE de Teddy Bautista donó 60.000, Abertis contribuyó con 30.000 y DKV Seguros con 18.000.