Suso Fuentes: El amigo de todos los famosos

Nacho Mirás SANTIAGO / LA VOZ

ESPAÑA

15 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El primer fregado serio del mundo del espectáculo en el que Suso Fuentes se metió como promotor -fiestas locales aparte- fue una gira que le salió rana: la del humorista Carlos Latre. Lejos de amedrentarlo, el fiasco le dio ínfulas a este emprendedor nacido en Santiago en 1968, que siempre se ha manejado bien en el mundo de las relaciones públicas y, sobre todo, entre las altas esferas. Es conocida su amistad íntima con otro de los detenidos ayer, el exasesor de Conde Roa, Ángel Espadas. Picando aquí y allá ha ido arriesgando para traer a Galicia, con mayor o menor éxito de convocatoria, a caras conocidas, con las que le gusta retratarse. Y, cuanto más conocidas, mejor.

Su apuesta más arriesgada -y que a poco no acabó como el rosario de la aurora- no llegó sin embargo hasta el 2009, cuando se embarcó en un proyecto a la medida de sus aspiraciones: enorme hasta el punto de que casi lo aplasta. Al alimón con la promotora Big Tours S.?L., vinculada a Doctor Music, coorganizó el concierto que Bruce Springsteen ofreció el 2 de agosto en el Monte do Gozo. Springsteen estuvo magnífico, pero la organización fue tan desastrosa que generó 770 reclamaciones ante el Instituto Galego de Consumo y motivó una sanción histórica de la Xunta: 2,4 millones de euros para Big Tours, asunto que sigue pendiente de una decisión judicial por parte del Tribunal Superior de Xustiza.

El álbum de fotos de Suso Fuentes con famosos de todos los pelajes ocupa varios gigas: misses, cantantes, artistas, futbolistas... no es un extraño en las páginas de sociedad. Hasta medió para que Discovery Channel grabase un documental en Santiago. También cultiva una vena filantrópica a través de iniciativas como el Club de las Cabezas -del que forman parte personalidades de ámbitos como la cultura, la política o la empresa- o de una revista cultural de cuyo consejo editorial es miembro. Cuando Gerardo Conde Roa ganó las elecciones, lo aplaudió a rabiar.