Aunque los socialistas mantendrían su posición de segunda fuerza en el conjunto de Galicia, cederían a AGE ese lugar en A Coruña. La coalición superaría ahora al PSdeG en dicha provincia en 8,4 puntos, y lo rebasaría en tres escaños, cuando hace cuatro meses se había quedado uno por debajo. Alternativa subiría un escaño en cada una de las demás provincias, insuficiente para arrebatar el segundo puesto a los socialistas. La división del PSdeG en A Coruña le costaría un parlamentario y 2,4 puntos electorales; también los enfrentamientos internos y la operación Pokémon le pasa factura en Ourense con un escaño y un 4,9 % de papeletas menos, mientras en Lugo solo baja un punto, y a causa de la caída del PP crece en Pontevedra un 1,9 %, que le daría un escaño más en esa provincia. En esta misma demarcación es en la única también en la que empieza a recuperar votos el BNG, que repetiría reparto de parlamentarios respecto a octubre.
Ourense y Lugo, las provincias donde los casos de corrupción sacuden la actualidad, es donde más enraizaría la abstención, con un 55,4 % en el primer caso y 51,1 en el segundo, aunque la nula participación de la emigración mediatiza en ambas el activismo electoral.