Rajoy debe despejar toda duda ante el grave deterioro de confianza en España

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Rajoy ha dejado muchas preguntas por responder, algo insuficiente para un asunto que está afectando a la imagen del país

05 feb 2013 . Actualizado a las 11:19 h.

¿Y ahora qué? De momento, lo que ha quedado claro es que el escándalo Bárcenas que afecta al propio presidente del Gobierno ha supuesto un duro golpe para la credibilidad de España. Así lo atestigua la reacción de los mercados, con un repunte significativo de la prima de riesgo, que llevaba tiempo estabilizada, y un batacazo de la Bolsa. El asunto de los papeles del extesorero figura en lugar destacado de los medios mundiales desde que estalló, incluidas las dos biblias del periodismo económico, The Wall Street Journal y Financial Times, que pedía ayer «una investigación transparente e independiente».

La imagen no solo de Rajoy, sino también del Gobierno y de España, sufrió ayer un varapalo cuando el presidente se vio obligado a responder ante Angela Merkel sobre la corrupción. Ni siquiera el récord de paro que se registró ayer mereció una pregunta. ¿Hasta dónde podrá aguantar así el presidente? ¿Será capaz de soportar la presión? Rajoy siempre ha creído en la estrategia de que quien aguanta gana y ha optado por negarlo todo, aunque ayer tuvo que admitir que algunas de las anotaciones son ciertas.

Pero ha dejado muchas preguntas sin responder -hasta ahora solo ha contestado, ayer, a dos por parte de los periodistas-, lo que es claramente insuficiente para un asunto que ya está afectando gravemente a la confianza en España. Porque incluso si se demostrara que los papeles son falsos, debería aclarar su relación con el hombre al que hizo tesorero y acumuló 22 millones en Suiza. ¿Cómo no se enteró de que se enriquecía mientras ocupaba ese cargo? ¿De dónde proviene su fortuna?

Merkel esquivó el asunto, pero ya ha demostrado cómo se las gasta. Por ejemplo, al quitarse de en medio a Berlusconi y Papandreu y sustituirlos por tecnócratas de su gusto. Rajoy se enroca y se parapeta en su mayoría absoluta, pero eso no le garantiza que la situación no vaya a peor, con nuevas revelaciones.

Si al final va adelante la querella contra Bárcenas, algo que no confirmó en Berlín, sería un paso positivo. Es urgente que el presidente despeje todas las dudas. Si es que puede hacerlo.