Al presidente ya solo le faltaba este golpe

Manuel Campo Vidal

ESPAÑA

Rajoy, que ya paga en las encuestas la impopularidad de los recortes, no contaba con el escándalo Bárcenas

20 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Mariano Rajoy, que ya paga en las encuestas la impopularidad de los recortes, no contaba con este golpe. Máxima caída de confianza de los ciudadanos hacia los políticos, que a él le impacta especialmente. Sus palabras de ayer en Almería sobre «la mano dura» supieron a poco. La conmoción por este asunto, con la amargura de la crisis, ha sido máxima. Y probablemente no ha terminado: faltan nombres propios muy relevantes por aflorar.

Lo relativo a la financiación ilegal de los partidos -no solo del PP- ya lo llevaba muy mal la ciudadanía. Lo de las comisiones en administraciones públicas subleva y genera desafección hacia el sistema democrático. Pero los sobresueldos sin declarar a dirigentes del Partido Popular y los 22 millones de Bárcenas en Suiza han sido la ciclogénesis explosiva. Falta más, porque, si se confirma, la corta lista de beneficiarios de pagos fuera de la ley presumiblemente incluiría a Aznar, inspector de Hacienda para más inri. Incluso algunos lo señalan como supuesto inventor del sistema, según se publica, para evitar que su remuneración fuera criticada. Si le pagaban un sobresueldo en su partido es asunto privado, pero que se tratara de dinero opaco a Hacienda es muy grave. La imagen es importante, pero a veces en su nombre se cometen irregularidades penosas.

No hay duda: Bárcenas -treinta años en los secretos del PP- tiene información para convertir el Partido Popular en un polvorín y presiona porque lo han dejado solo en el proceso judicial por el caso Gürtel. Hay una carrera por alejarse de él y del escándalo. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría pide que actúe la Justicia y desliza que, de haber algo, será cosa del partido y no del Gobierno. Adiós. En el partido, María Dolores de Cospedal no sabe nada y, si acaso, pasa la pelota atrás. En el pelotón de secretarios generales anteriores pueden salir dañados, por esas supuestas prácticas con dinero negro, Javier Arenas y, sobre todo, Álvarez Cascos. Si es así, De Cospedal no derramará una lágrima por ellos. Ambos, en privado, no le dedican elogios, precisamente.

Vuelve el dinero de Suiza

Entretanto, un alto ejecutivo de uno de los dos grandes bancos suizos confirma que está volviendo dinero de Suiza a España a chorros. Lo de la amnistía fiscal está funcionando. Será criticada, pero, por lo visto, es eficaz. Mejor para las cuentas del Estado. ¿Tanta evasión hay o había? «Hay dinero histórico, de grandes fortunas huidas en la Guerra Civil, que los hijos o nietos pueden repatriar, y dinero de la bonanza reciente», explica. Y de la corrupción, añadiríamos. Incalculable.

En Suiza hay 298 bancos y años atrás se llegó a estimar que guardaban la tercera parte de la fortuna mundial. Ahora son más escrupulosos y hasta preguntan. No les interesa cualquier dinero. Luis Alberto Lacalle, en su día presidente de Uruguay, nos respondió así en una entrevista televisiva: «Invitamos a que el dinero venga y no preguntamos por su color». Pues Suiza ya es más exigente que Uruguay entonces.

La política arde: Rubalcaba concentra el visor sobre Mariano Rajoy. Esperanza Aguirre se ha ido a cazar talentos en el sector privado, pero sigue presidiendo el PP de Madrid. No la den por acabada. Hay gente en el PSOE que ante los problemas del presidente del Gobierno ya echa cuentas y se ve volviendo, pero Rajoy baja y Rubalcaba no sube. Se asegura que, en Andalucía, José Antonio Griñán sueña con sustituirlo, aunque lo niegue. Rubalcaba ha conseguido que el PSC defina con firmeza su no a la independencia de Cataluña. Es más: su líder, todavía débil, Pere Navarro, pide hablar directamente con Rajoy para buscar otro modelo de financiación. Alicia Sánchez Camacho, la líder popular catalana, quiere arreglarlo también. Más financiación y menos independencia, que es lo que piden los empresarios. Esto da muchas vueltas: Artur Mas puede terminar como Ibarretxe y la dinastía Pujol baja enteros. Atentos a Lluis Recoder.

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