Granada despide al sargento David Fernández Ureña

EFE

ESPAÑA

El sargento murió el pasado viernes cuando trataba de neutralizar un artefacto explosivo

14 ene 2013 . Actualizado a las 13:31 h.

Familiares y representantes políticos y militares han despedido esta mañana al sargento David Fernández Ureña, que murió el viernes pasado en Afganistán cuando trataba de neutralizar un artefacto explosivo, y cuyos restos han sido incinerados en el cementerio San José de Granada.

Cubierto con una bandera de España, el féretro del sargento, que residió la mayor parte de su vida en Granada -de donde era natural su familia-, ha sido portado por un grupo de militares desde la sala del tanatorio, donde ha sido velado durante la noche, hasta la capilla donde se ha celebrado una misa funeral.

A las exequias, que la familia ha querido celebrar en privado, han asistido entre otras autoridades el alcalde de Granada, José Torres Hurtado, que previamente ha declarado a los periodistas que la familia del sargento era «muy querida» en la ciudad y ha lamentado mucho la muerte del militar «defendiendo las libertades».

Una vez concluida la misa, se procederá a la incineración de los restos mortales de David Fernández Ureña, que también será homenajeado a partir de las 13.30 horas en el propio cementerio por el Mando de Adiestramiento y Doctrina (Madoc), órgano dependiente del Ministerio de Defensa. Familiares y autoridades recibieron el sábado en la base aérea de Zaragoza los restos mortales del sargento, que fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Zaragoza, tras lo cual quedó instalada la capilla ardiente en el Regimiento de Pontoneros.

El cuerpo sin vida de David Fernández Ureña, que era natural de Bilbao, fueron recibidos por familiares y por el ministro de Defensa, Pedro Morenés, entre otras autoridades. El sargento fue condecorado con la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo durante las honras fúnebres que se celebraron en la base de «Sangenis», sede del Regimiento de Pontoneros y Especialidades de Ingenieros número 12 de Zaragoza, en un acto presidido por el príncipe Felipe.