El Rey: «Me encuentro en forma, con energía e ilusión para seguir adelante»

Ander Azpiroz / Colpisa

ESPAÑA

Entrevista Rey

Don Juan Carlos está preocupado por «las intransigencias que conllevan maximalismos y políticas rupturistas»

05 ene 2013 . Actualizado a las 01:57 h.

Una entrevista a modo de conversación personal y en confianza junto al periodista Jesús Hermida, un hombre de «mi generación, la de la libertad», según expresó el Rey. Así fueron los veinte minutos de la comparecencia de don Juan Carlos en TVE, un día antes de cumplir 75 años y 37 como jefe de Estado. En su segunda entrevista en este siglo, el monarca habló de la relación con su hijo Felipe, del amor que sentía por su padre don Juan y de cómo espera ser recordado por los españoles cuando abandone el trono. No hubo una sola pregunta sobre los temas espinosos de la Casa Real, como la imputación por corrupción de su yerno Iñaki Urdangarin o su polémico viaje a Botsuana para participar en un safari de elefantes en plena crisis.

Aún convaleciente de su última operación de cadera, don Juan Carlos ni insinuó la posibilidad de abdicar por los problemas de salud que ha arrastrado en los últimos dos años y que le han llevado al quirófano en seis ocasiones. De hecho, más bien afirmó lo contrario cuando se declaró «en buena forma, con energía y, sobre todo, con ilusión para seguir adelante y afrontar los retos». En cualquier caso, incidió en que la Corona goza de un sucesor de garantías en la persona del Príncipe Felipe: «Hijo y persona encantadora, de gran honestidad intelectual, muy formado, muy trabajador; podemos tener confianza y seguridad». No dudó en señalar que «de los Príncipes de Asturias que ha habido en la historia de España, él es el mejor preparado, aunque esté mal decirlo y presumir, pero presumo de hijo». Y aunque dijo que no le gusta hablar sobre sí mismo, su majestad deseo que cuando abandone el trono se le recuerde «como el Rey que ha unido a los españoles y que con ellos ha conseguido recuperar la democracia y la monarquía».

Continuando con el tono familiar, el monarca también recordó a su progenitor, don Juan. Al conde de Barcelona lo definió como «padre, amigo y leal consejero», y de él destacó su lado humano, «no bastante reconocido por la gente a pesar de los libros que se han escrito sobre él», opinó.

Entre esos consejos que recibió de don Juan afirmó tener presente uno de forma especial: «El ser el Rey de todos porque esta es la única forma de hacer que España salga adelante y podamos trabajar en el futuro».

Del día de su muerte, hace 19 años, recuerda no haber vertido lágrimas, sino «lagrimones».

«Juntos podemos»

Como principal preocupación actual en su responsabilidad de jefe de Estado destacó la falta de empleo, especialmente en el caso de una juventud que representa una generación muy preparada y que se ve obligada a buscar trabajo fuera, algo que, confesó, le duele «muchísimo».

No rehuyó en una de sus respuestas el pulso independentista lanzado por el nacionalismo catalán, al que sin nombrarlo le envió un escueto a la vez que nítido mensaje. «Veo las intransigencias que conllevan maximalismos y a lo mejor políticas que no nos convienen mucho, que son políticas rupturistas», dijo, antes de reconocer que queda aún camino por recorrer en la vertebración de España. «En estos momentos conviene unidad», recalcó.

Ante la pregunta de Hermida, el Rey se mostró especialmente satisfecho de «una España moderna, comprometida y capaz de salir adelante». Confía en que el país pronto dejará atrás la recesión. Y que lo conseguirá recuperando la confianza como país. «Juntos podemos», apuntó. Entre lo que menos le ha gustado de lo ocurrido a lo largo de sus casi cuatro décadas de reinado, el jefe del Estado lamentó haber tenido que aguantar tantos años la violencia terrorista - «se ha cobrado más de mil víctimas y eso se te queda dentro permanentemente»- y el no haber logrado un país más igualitario y justo.

También se refirió a las virtudes y defectos de los españoles. Los resumió en una misma palabra: Pasión. «Somos muy apasionados los españoles, creo no equivocarme, y aunque siempre se ha dicho que el defecto es la envidia yo pienso que también es la pasión. Lo mismo es bueno y malo».

A nivel personal se confesó orgulloso de haber cumplido con su deber como Rey y como español. Como conclusión, quiso expresar su agradecimiento a los españoles, «que me han seguido para hacer lo que hemos hecho y adonde hemos llegado». Su generación es la de la «libertad», pero ahora cree que le tocará a las siguientes «seguir el camino que se ha abierto y se ha recorrido hasta ahora».