El rey pierde seguidores pese a los esfuerzos por recuperar su imagen

Gonzalo Bareño Canosa
gonzalo bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

En un año difícil, su discurso de Navidad fue el menos visto desde 1998

27 dic 2012 . Actualizado a las 09:59 h.

La campaña emprendida por la Casa Real para mejorar la imagen de la institución monárquica en uno de los años más difíciles que ha vivido la corona española desde su restauración, en 1975, no ha dado todavía sus frutos. Así se deduce de la audiencia obtenida por el último discurso navideño del rey. A pesar de la expectación política ante lo que pudiera decir el monarca sobre el desafío independentista lanzado desde la Generalitat de Cataluña, el número de espectadores que escuchó su mensaje fue el más bajo de los últimos quince años.

El dato confirma que los esfuerzos por modernizar el formato y la escenografía de una alocución hasta ahora muy encorsetada no han logrado detener una tendencia a la baja que implica una pérdida de dos millones de espectadores en los últimos quince años. El pasado viernes, un total de 6.921.000 españoles se sentaron frente al televisor para ver al rey, lo que implica una cuota del 64,4 %, mientras que en el 2000 vieron el discurso 9,1 millones personas, con una cuota del 87 %, según un informe elaborado por Barlovento Comunicación.

El distanciamiento de los ciudadanos hacia los mensajes del jefe de Estado resulta especialmente significativo en un año plagado de percances para el rey, que se vio obligado, en un hecho insólito, a pedir públicas disculpas tras conocerse que se había fracturado la cadera mientras cazaba elefantes en Botsuana. «Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir», declaró tras aquel incidente.

Aquello fue el punto de inflexión que hizo saltar las alarmas en la Zarzuela, ya que el error reconocido por el monarca llegaba poco después de que su yerno, Iñaki Urdangarin, fuera imputado por el juez que investiga el desvío de dinero público a través del instituto Nóos, una entidad sin ánimo de lucro dirigida por el esposo de la infanta Cristina. De hecho, la pareja formada por la hija menor del rey fue alejada al saberse que Urdangarin estaba siendo investigado por la justicia por presuntos delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación, fraude y falsedad documental. Algo que había causado ya un serio perjuicio al prestigio de la institución.

Ya a finales del 2011, la Casa Real puso en marcha una operación de imagen que incluyó la divulgación del sueldo del jefe del Estado, la asignación de los miembros de su familia y el diseño de una nueva página web. A pesar de sus graves problemas de salud, el rey reemprendió con fuerza su actividad y durante este año pudo vérsele también en actos que reflejaban una mayor cercanía con la sociedad. Una campaña que, por los datos conocidos, no ha calado todavía entre los ciudadanos.