Mas elige a su núcleo de confianza para apuntalar el nuevo Gobierno

cristian reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

El líder de CiU tomará hoy posesión como presidente de Cataluña

24 dic 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

El líder de CiU, Artur Mas, tomará hoy posesión como presidente catalán en un acto solemne en el Palau de la Generalitat, tras ser investido con los votos de ERC, mientras diseña su segundo Ejecutivo, sin grandes cambios, para encarar una legislatura marcada por la consulta soberanista.

Todo apunta que el actual secretario general de la Presidencia y portavoz del Ejecutivo catalán, Francesc Homs, hombre del núcleo de confianza de Artur Mas, podría asumir un papel de coordinador del Gobierno, como consejero de Presidencia.

Otro de los pilares del nuevo Gabinete sería Andreu Mas-Colell, asesor en las negociaciones del pacto de gobernabilidad y bien considerado por ERC, que continuaría como encargado de los asuntos económicos y financieros. También se prevé que Mas mantenga a Joana Ortega como vicepresidenta o en una cartera equivalente, aunque está por ver cómo se compatibiliza con la posición de Homs. En cambio, otro de los miembros de Unió, el consejero de Agricultura, Josep María Pelegrí, podría ser reclamado por el líder socialcristiano Josep Antoni Duran i Lleida para concentrase más en su cargo de secretario general del partido.

ERC no estará en el Gobierno, pero impone condiciones. A los republicanos les agrada la consejera de Educación, Irene Rigau, reforzada por el frente abierto con el Ministerio de Educación por la inmersión lingüística, pero, en cambio, no vería con buenos ojos la continuidad del consejero de Salud, Boi Ruiz; ni el de Empresa y Empleo, Francesc Xavier Mena, ni la titular de Justicia, Pilar Fernández Bozal. También está en la cuerda floja el de Interior, Felip Puig.

Tensas relaciones con UDC

A Mas y a su nuevo Gobierno les espera una legislatura que se prevé muy tensa. El desafío soberanista del líder de CiU amenaza con convertir la política catalana y la española en un campo de inestabilidad e incertidumbres, que provocará grietas y puede que hasta rupturas entre aliados, socios y por supuesto entre adversarios.

Un panorama complejo del que nadie saldrá indemne. Especialmente en el seno de CiU. No solo porque los democristianos de UDC, encabezados por Josep Antoni Duran i Lleida, que siempre recuerda que no es independentista, se hayan opuesto a la alianza con Esquerra, o porque aún nieguen que el acuerdo entre CiU y ERC fija la consulta para el 2014 o porque Unió critique con vehemencia la presión fiscal que incluye el pacto de gobierno con los republicanos. La federación podría romperse el día que el Gobierno impugne la ley de consultas que aprobará el Parlamento, el Constitucional la tumbe y la Generalitat intente seguir adelante con el referendo. Ya sea en la búsqueda de amparo internacional o ignorando la legalidad y celebrándolo en todo caso.

Duran dijo que la consulta será legal o no será, por lo que la salud del matrimonio que desde hace tres décadas forman CDC y UDC dependerá de lo lejos que quiera ir Mas una vez que se quede sin recursos legales para su órdago soberanista.