Baltasar Garzón deja la puerta abierta a un futuro en política con Gaspar Llamazares

Efe

ESPAÑA

El exmagistrado de la Audiencia Nacional ha hecho hincapié en la idea de que «los ciudadanos hagan política y no estén solo como espectadores»

22 dic 2012 . Actualizado a las 18:07 h.

El exmagistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha asegurado este sábado que para él «no es una prioridad en este momento dar el paso» de entrar en política, pero no ha descartado hacerlo en el futuro junto al diputado de IU y líder del partido Izquierda Abierta, Gaspar Llamazares.

«Hoy estoy con Gaspar y a lo mejor mañana estamos juntos», ha apuntado en la presentación de El libro rojo que ha escrito Llamazares y que él ha prologado, cuando uno de los asistentes le ha preguntado en el coloquio que para cuándo prevé su entrada en política.

«Para mí no es una prioridad en este momento dar ese paso, pero aquí estamos», ha agregado con una sonrisa.

Baltasar Garzón, en la actualidad asesor del Tribunal Penal Internacional de La Haya, ha explicado que la «política se puede hacer de muchas formas y desde diferentes posiciones» y que él está «ahora trabajando en diferentes temas sociales relacionados con el ámbito político y de los derechos humanos».

«Ahí estoy bien», ha dicho, tras hacer hincapié en que «lo importante es que los ciudadanos hagan política y no estén solamente como espectadores».

A este respecto, ha opinado que la «culpa» del «autismo de la izquierda» en España «no solamente la tiene la derecha, los conservadores, sino aquellos que no se mueven, que no hacen nada y que sólo se dan golpes de pecho por lo que está sucediendo».

Durante su intervención, Garzón ha dicho también que «no es agradable» para él «oír al anterior presidente del Gobierno defender a ultranza las políticas del Gobierno del PP», en alusión a la entrevista que José Luis Rodríguez Zapatero concedió a la Sexta.

Ha argumentado que, aunque no sea economista y ahora pase la mayor parte del tiempo en Latinoamérica, es una persona que «escucha» y «observa», y que está «viendo desde fuera lo que está sucediendo aquí: los movimientos sociales, la conflictividad y las protestas en las calles».

También ha dicho que le resulta «duro oír a algunos líderes latinoamericanos decir que si Europa no quiere contar con ellos son ellos los que no quieren contar con Europa» y que «España no les aporta nada» en el proceso «revolucionario» que están viviendo esos países, con «independencia por primera vez de Estados Unidos».

Al mencionar la «falta de ideas» del equipo de Gobierno de Mariano Rajoy, Garzón ha cuestionado que «se pueda hablar de equipo ni de Gobierno».

Sobre Latinoamerica también ha relatado que «allí hay un nervio en la juventud impresionante» con «gente muy joven de 17 ó 18 años a 35 años que movilizan masas», y ha apuntado eso lo echa de menos en España, «donde nos dejamos golpear tanto».

En ese sentido, ha presentado el libro de «portada almodovariana» de Gaspar Llamazares como una «oferta a todo ese catálogo de personas que queriendo hacer algo no saben donde ubicarse», en un acto que ha congregado a un centenar de asistentes en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, entre ellos la exdirigente de IU y del PDNI Cristina Almeida.

Llamazares, por su parte, ha dicho que El libro rojo es un instrumento para la «revolución democrática», ha responsabilizado al PSOE de la situación de España y se ha mostrado convencido de que los socialistas tienen que abordar el debate interno de si «quieren defender las políticas neoliberales de la Unión Europea o si revisan todo eso y se suman a una política de izquierdas».

«Aunque digamos que el PSOE no está situado a la izquierda y que no nos concierne, yo creo que son maniobras defensivas, porque el PSOE en el imaginario de la gente que vota está a la izquierda, al menos del PP, y por tanto los errores y renuncias del PSOE son errores y renuncias de la izquierda», ha admitido el diputado.

Ha agregado que en el futuro la izquierda tendrá que «superar esos errores y renuncias», pero que para ello no «bastaría una suerte de coalición electoral, que sería un desastre, porque no dejaría una bandera alternativa a la izquierda».