Los empresarios advierten contra el incremento fiscal y piden que se dé prioridad a la economía

La Voz

ESPAÑA

18 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Aunque el eje de los desacuerdos entre CiU y Esquerra Republicana es la concreción de la hoja de ruta hacia la consulta soberanista, también persisten las discrepancias en materia presupuestaria y fiscal, fundamentalmente en lo que se refiere a la recuperación del impuesto de sucesiones y la creación de nuevas tasas, condición impuesta por ERC para apoyar a Artur Mas.

La posibilidad de que Convergencia ceda en esta materia ha alarmado a la patronal catalana Fomento del Trabajo y a la Cámara de Comercio de Barcelona. Los presidentes de ambas entidades, Joaquim Gay, de Fomento, y Miquel Valls, de la cámara, advirtieron que un incremento de la presión fiscal, como reclama ERC, dificultará considerablemente la superación de la crisis.

Apelación a Rajoy

Joaquim Gay de Montellà teme que con las medidas tributarias que demanda Esquerra generen una fuga de contribuyentes hacia otras comunidades con menor presión fiscal. Por esta razón, apeló a Mariano Rajoy. «Lo más prudente sería que el Gobierno tome nota y homogeneice los impuestos» en toda España. En una crítica velada a las veleidades independentistas, Gay admitió que «alguien dirá que nos quitan competencias, pero el equilibrio hará más fácil trabajar a las empresas catalanas». En este sentido, abogó por un marco fiscal que sea homologable en todos los países de la Unión Europea, y no como en la actualidad, en los que algunos Estados recurren a la competencia fiscal para atraer empresas.

En la misma línea, Miquel Valls advirtió contra la tentación de incrementar la carga fiscal y señaló que la prioridad absoluta de esta legislatura debe ser la lucha contra la crisis económica. Precisó que si los empresarios no son capaces de generar los beneficios suficientes para hacer competitivas sus empresas «no habrá posibilidad de invertir y crear puestos de trabajo».

De esta manera, Artur Mas se ve presionado por la derecha y por la izquierda, pero también por quienes anteponen la causa soberanista a la crisis económica y a la inversa. Aun así, «el pacto está muy encarrilado porque estamos condenados a entendernos», según Oriol Pujol, número dos de Convergencia.